Esta impresionante cascada parece ser tragada por la tierra y cruza las cumbres del Pirineo... ¡por debajo!
En este sorprendente lugar las aguas procedentes de los glaciares de esta zona del Pirineo desaparecen súbitamente bajo tierra: este curioso fenómeno natural estuvo rodeado de misterio para los habitantes locales durante muchos años.
El entorno del valle de Benasque tiene más tresmiles que ninguna otra en España, y además con mucha diferencia. Este bucólico lugar se encuentra en el corazón del Pirineo, en la comarca oscense de la Ribagorza, y entre sus numerosas maravillas naturales se encuentra una muy sorprendente: el Forau de Aiguallut, donde un río desaparece misteriosamente bajo tierra.
Un gran ejemplo de sumidero kárstico
Este paraje tan singular se ubica en pleno Parque Natural Posets-Maladeta, a 2074 metros de altitud y a los pies del Aneto, el rey de la cordillera pirenaica, confluyendo las cristalinas aguas que proceden de los glaciares del Aneto y la Maladeta. Unos metros más abajo de la estruendosa cascada, la tierra se abre y las aguas del Ésera y del Escaleta se pierden de vista.
Este agujero o forau (que significa agujero en la lengua benasquesa, el patués) es un gran ejemplo de sumidero, alcanzando unos 70 metros de diámetro y 40 de profundidad, y que sorprende a todo aquel que lo ve por primera vez. Forma parte de un complejo sistema kárstico, resultado de la disolución de rocas carbonatadas por la acción del agua.
¿Dónde va a parar el agua que desaparece en el Forau?
Durante muchos años, el destino de estas aguas fue un absoluto misterio. Ramond Carbonnières, un famoso geólogo francés y de los primeros expertos en la alta montaña pirenaica, propuso en el siglo XVIII que este sistema podría circular bajo tierra para desaguar hacia el río Garona, que nace en el vecino Val d'Aran y es uno de los más importantes de Francia.
Esta hipótesis no se pudo confirmar hasta 1931, cuando el espeleólogo Norbert Casteret, que dedicó toda su vida a la exploración de cavernas, cuevas y ríos subterráneos del Pirineo, echó seis barriles con 60 kilos de fluoresceína en las aguas del Forau. Su mujer Elisabeth, espeleóloga, la madre de Norbert y dos amigas (Mimi de Sède y Maria Casse) también estuvieron presentes en todo el proceso, junto a destacados geólogos y geógrafos franceses.
Unas horas más tarde, la fluoresceína dejaba ver su característico color verde en la impresionante surgencia kárstica de los Uelhs deth Joeu (Ojos de judío), a unos 1658 metros de altitud, en paraje de incomparable belleza conocido como L' Artiga de Lin, aportando su importante caudal al Garona en la Val d'Aran. Muchos geólogos consideran el Forau como el verdadero nacimiento de este río.
Aguas que acaban en el Atlántico en vez de en el Mediterráneo
Por tanto, se da la curiosa circunstancia de que las aguas que por la orografía natural del terreno debieran verter en el Mediterráneo, acaban desaguando finalmente en el Atlántico, en la ciudad de Burdeos, donde desemboca el Garona. Y todo esto gracias al Forau y a un cauce subterráneo que circula durante unos 4 kilómetros bajo las cumbres del Pirineo.
Otra parte del caudal reaparece como el Ésera en el llano de los Estanque y con varios ibones en la que su curso aparece y desaparece varias veces, algo habitual en valles kársticos, antes de llegar al paraje de los Llanos del Hospital, donde recoge otras fuentes y toma forma de río como tal. Sin duda, es un lugar de obligada visita para los amantes de la naturaleza.
Así es la ruta a esta maravilla de la naturaleza
La excusión al Forau es uno de los recorridos más transitados del valle de Benasque. Desde el Llano de la Besurta hay que seguir las indicaciones hacia el refugio de La Renclusa y el Forau d’Aigualluts, hasta que encontramos un desvío a la derecha que conduce al refugio y seguimos nuestra ruta hasta llegar a la cascada.
La ruta tiene un desnivel de tan sólo 200 metros y una duración de poco más de dos horas entre la ida y la vuelta. En verano, el acceso hasta el aparcamiento se la Besurta se realiza en autobús para evitar la masificación de vehículos. En invierno la dificultad de la ruta aumenta con la nieve.
El sendero continúa hasta el plan (llano) de Aigualluts, una preciosa pradera verde surcada por varios arroyos que circulan formando grandes meandros. Para los más aventureros, hay un sendero que remonta hasta el collado de Toro, balcón privilegiado sobre el lago de Toro y la Val d'Aran, donde afloran las aguas que se había tragado la tierra.