España en la penumbra debido a un raro comportamiento de la nubosidad

Al igual que en la pasada primavera, la Península Ibérica está encadenando numerosos días nubosos con precipitaciones. Esto ocurre mientras gran parte de Europa disfruta del sol. ¿Qué hay detrás de este intercambio de papeles?

Nubes
Desde hace semanas, gran parte del país está encadenando muchos días nubosos que llegan a batir algunos récords.

Desde hace semanas, gran parte de nuestro país está viviendo largos períodos de penumbra debido a la persistencia de la nubosidad que, además de dejar escasas horas de sol, está descargando chubascos tormentosos con bastante regularidad. Esta primavera no será recordada por las sombrillas y las mangas cortas en España, más bien por los paraguas y las chaquetas que se resisten a entrar definitivamente en el armario. No hace frío, pero tampoco calor. Lo más curioso es que mientras aquí se han prodigado los días grises, en gran parte de Europa ha ocurrido justo lo contrario. El mundo al revés.

Recientemente, la delegación valenciana de la AEMET publicó un interesante hilo en Twitter destacando el carácter anómalo de la insolación en este mes de abril. Antes de nada, debemos comprender qué hay tras este concepto. En meteorología, la insolación se entiende como el número de horas en las que una superficie está expuesta a la luz directa del sol.

Antes las horas de sol se solían cuantificar mediante heliógrafos, unos instrumentos muy peculiares con una bola de vidrio que filtra una parte de los rayos de sol, de tal modo que inciden y queman un cartoncito donde están representadas las horas. Ahora se emplean los radiómetros y las mediciones satelitales, siendo estas últimas las favoritas para obtener una visión completa de espacios amplios.

Así, los meteorólogos de la AEMET han observado en las últimas semanas una dualidad muy curiosa, donde la vertiente cantábrica tiene un superávit de horas de sol que no se observa, ni de lejos, en la mediterránea. Bien es cierto que la primera está viviendo un período soleado que no se corresponde con el resto de la Península. Desde que empezó el mes, la Región de Murcia ha registrado 70 horas menos de lo normal y 65 menos la Comunidad Valenciana; algunos de sus observatorios apenas acumulan un 50% de la insolación habitual. Abril está mostrándose húmedo y frío en estas regiones, hasta llegar a ser, provisionalmente, el más frío en la ciudad de Valencia desde el año 1991.

Esta situación no es nueva. Los días nubosos también abundaron en la primavera del año pasado, aunque quizás fueron menos evidentes debido al aislamiento domiciliario. La misma AEMET hizo un estudio que tuvo como objeto el lapso comprendido entre el 15 de marzo y el 23 de abril (de 2020, claro). La conclusión de la investigación fue arrolladora: ciudades como Valencia, Castellón o Málaga nunca habían tenido un tramo de cuarenta días con tan pocas horas de sol. Y esto ocurrió paralelamente a un periodo extraordinariamente soleado en Alemania o Francia, donde el Franco Condado y Alsacia superaron las 400 horas de sol durante la cuarentena, frente a las 200 de las regiones mediterráneas españolas.

Nubosidad en Europa
Anomalías (%) de la nubosidad media anual europea para 1983–2020, en relación con la media de 1991–2020.

En el año 2020, el continente europeo experimentó la menor nubosidad de todo el registro histórico de imágenes satelitales, que arranca en 1983. Frente a este escenario se postuló la Península Ibérica, donde las nubes fueron muy abundantes, quedando por encima del promedio histórico. Este mismo patrón parece estar observándose en las últimas fechas. En cualquier caso, según el programa Copernicus, las últimas cuatro décadas han presentado un descenso paulatino de la nubosidad en el conjunto de Europa.

El bloqueo escandinavo como autor del inusual patrón nuboso

Tras esta disposición de las nubes hay un patrón meteorológico ampliamente conocido, se trata del bloqueo anticiclónico escandinavo. Se conoce así al régimen meteorológico donde un anticiclón prospera entre las Islas Británicas y Escandinavia, interponiéndose al paso de las borrascas por el norte de Europa. De este modo, las depresiones se ven obligadas a circular más al sur, en ocasiones a través de la Península Ibérica.

En las últimas semanas este bloqueo ha sido constante. Prácticamente desde finales de febrero ha ido alargando sus dominios, con algunas interrupciones pasajeras. Ahora el modelo europeo ya apuesta por un cambio de tendencia (dorsal atlántica y NAO +) que debería traer muchos más ratos de sol a la Península Ibérica y bastantes nubes al centro y norte de Europa.