¿Es buena idea arrojar algas a las profundidades del océano? El aviso de los científicos

¿Es bueno para el ecosistema marino arrojar algas al océano? Aunque muchos consideran que es positivo porque se cree que elimina el carbono de la atmósfera, unos científicos acaban de publicar un estudio y su conclusión es sorprendente.

Algas en el fondo marino
Se cree que las algas podrían ayudar a eliminar el carbono de la atmósfera, pero un nuevo estudio lo cuestiona.

Cultivar algas marinas para luego arrojarlas en las profundidades del océano es una actividad que se está poniendo de moda. El objetivo, según quienes llevan a cabo este tipo de proyectos, es capturar y eliminar carbono de la atmósfera. Sin embargo, los expertos advierten que estas ideas carecen de un respaldo científico y podrían generar graves consecuencias para los ecosistemas marinos.

Arrojar algas al océano, una tendencia en auge

En los últimos años, se han anunciado varias iniciativas para recaudar fondos a fin de cultivar grandes cantidades de algas marinas, con la intención de sumergirlas en el océano. La premisa detrás de esta práctica es que las algas pueden absorber dióxido de carbono (CO₂) durante su crecimiento y, al ser hundidas en el fondo marino, el carbono que contienen quedaría secuestrado de manera permanente. En teoría, este proceso ayudaría a mitigar el cambio climático al eliminar carbono de la atmósfera y almacenarlo en el océano.

Sin embargo, un artículo reciente publicado en la revista One Earth pone en duda esta propuesta. Los autores, entre los que se encuentra el investigador Max Troell del Centro de Resiliencia de Estocolmo, sostienen que no existen pruebas científicas suficientes para respaldar la efectividad de esta técnica. Además, advierten sobre los posibles efectos negativos para el medio ambiente marino.

¿Secuestro de carbono o desastre ecológico?

La idea de arrojar algas a las profundidades del océano se basa en el hecho de que en estas zonas, características por sus bajas temperaturas, la descomposición de la materia orgánica ocurre a un ritmo extremadamente lento. También se ha propuesto realizar este proceso en zonas de mediana profundidad donde hay deficiencia de oxígeno, lo que también ralentiza la descomposición.

Persona muestra algas en la mano
En el océano la descomposición de la materia orgánica ocurre a un ritmo más lento, lo que podría provocar el efecto contrario.

Sin embargo, los científicos subrayan que ni siquiera está claro si es posible hundir las algas de manera efectiva. Debido a su flotabilidad natural, las algas podrían no alcanzar las profundidades del océano y, en su lugar, descomponerse en capas superiores.

Esto liberaría nuevamente el carbono en el ciclo rápido del carbono, anulando el propósito de su hundimiento. Además, incluso si las algas lograran llegar al fondo marino, no hay garantía de que el carbono que contienen quede secuestrado de manera permanente.

Por este motivo, los investigadores piden una moratoria inmediata sobre esta práctica. Afirman que antes de seguir adelante, es necesario investigar más a fondo para evitar consecuencias negativas a largo plazo.

Impactos en los ecosistemas marinos

Más allá de la incertidumbre sobre la efectividad del secuestro de carbono, el vertido masivo de algas podría tener consecuencias devastadoras para los ecosistemas del fondo oceánico. Los científicos advierten que grandes cantidades de algas podrían "asfixiar" la vida marina en el fondo del océano, alterar el equilibrio químico de estos ecosistemas sensibles y romper las redes tróficas naturales.

Océano
La práctica de arrojar algas al océano podría tener un impacto importante en el ecosistema marino.

Otro problema importante es que el cultivo a gran escala de algas marinas requeriría vastas áreas del océano. Esto podría afectar la biodiversidad y alterar el funcionamiento de los ecosistemas de mar abierto, además de entrar en conflicto con otros usos actuales del océano. Asimismo, gran parte del océano abierto es pobre en nutrientes, lo que implicaría la necesidad de suministrar fertilizantes y otros insumos ricos en carbono para hacer crecer las algas, lo que podría aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.

A pesar de las dudas sobre el vertido de algas en el océano, los científicos reconocen el valor de estas en la economía sostenible. Las algas marinas pueden utilizarse para reemplazar productos con una huella de carbono mucho mayor, como alimentos, biocombustibles y productos farmacéuticos.

Referencia de la noticia

Thierry Chopin, Barry A. Costa-Pierce, Max Troell, et al. Deep-ocean seaweed dumping for carbon sequestration: Questionable, risky, and not the best use of valuable biomass. 2024. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590332224000356