"¡El cielo está naranja!" Calima espantosa en el sureste peninsular
La calima se intensifica por momentos en el sureste y se va extendiendo poco a poco por la Península. Mañana las concentraciones de polvo en suspensión pueden ser extraordinarias. Última hora de la borrasca Celia.
La borrasca Celia está siendo noticia por las abundantes precipitaciones que está dejando en puntos del sur así como en montañas del interior. Incluso la nieve ha hecho acto de presencia en cotas en torno a los 1000 metros, para ir subiendo progresivamente a lo largo del día. Sin embargo, estos fenómenos no vienen solos. En las últimas horas dos nuevos protagonistas meteorológicos están cobrando importancia: el viento y la calima.
La visibilidad se está reduciendo drásticamente en el sureste peninsular y la capa de polvo es tan profunda que está filtrando la luz solar, tornando el cielo completamente naranja en amplias zonas de Murcia, Comunidad Valencia y el este de Andalucía.
Actualmente, las concentraciones de polvo en suspensión están empezando a exceder los 100 µg/m³ en estas comunidades y, por tanto, la calidad del aire está empezando a verse afectada notablemente. Normalmente a partir de unos 40 µg/m³ se considera que la cantidad de polvo en suspensión empieza a condicionar negativamente la calidad del aire.
Por lo tanto, con los valores actuales se considera que la situación es "muy desfavorable" y se recomienda evitar actividades prolongadas al aire libre que no sean necesarias.
Lo peor llegará mañana
Lo cierto es que este extraordinario episodio de calima no ha hecho más que empezar. Mañana las concentraciones de polvo en suspensión podrían incluso superar los 300 µg/m³ en las zonas más afectadas, mientras que la nube se irá propagando por todo el territorio peninsular. No se espera que la calima abandone la Península hasta el jueves, cuando el viento tendrá una componente norte más marcada.
Un efecto de esta intrusión de polvo procedente del Sahara serán las precipitaciones en forma de barro que se producirán, sobre todo en la vertiente mediterránea, donde serán más frecuentes e intensas. De forma más dispersa también se producirán chubascos con barro en zonas del interior, pudiendo adquirir la nieve en cotas altas una tonalidad rojiza o marrón.