En un bosque de Oregón una intrigante cara sonriente aparece cada otoño. Esta es la explicación
Cada otoño, en las colinas de Oregón, un misterioso rostro sonriente emerge entre los árboles. Esta sorprendente imagen no es casualidad, sino el resultado de una ingeniosa estrategia forestal
En el espectacular paisaje del estado de Oregón, Estados Unidos, entre las localidades de Grand Ronde y Willamina, cada otoño ocurre algo asombroso: una enorme cara sonriente aparece entre los árboles, como si la naturaleza quisiera alegrar a quienes pasan cerca.
Este fenómeno no es fruto del azar, sino de una cuidadosa planificación realizada por expertos en silvicultura. La imagen, perfectamente visible desde la distancia, es el resultado de un meticuloso trabajo de plantación que combina ciencia, arte y un poco de humo.
¿Cómo se creó esta cara sonriente?
El origen de esta singular sonrisa se remonta al año 2010, cuando la empresa Hampton Lumber, especializada en la gestión forestal sostenible, decidió llevar a cabo un experimento visual.
Su objetivo era alegrar a la comunidad y demostrar cómo la planificación forestal puede incluir elementos creativos. Para lograr este efecto, los trabajadores del bosque utilizaron dos especies de árboles con distintas características de coloración otoñal:
- Pino ponderosa (Pinus ponderosa), cuyas agujas mantienen un tono verde oscuro durante todo el año, ya sea cualquiera de las estaciones.
- Alerce (Larix occidentalis), una conífera, a diferencia de la mayoría, pierde sus agujas en otoño y adquiere un tono amarillo dorado antes de deshojarse.
Los encargados de realizar dicha plantación fueron los ingenieros forestales, que plantaron los alerces en la forma de una gran cara sonriente y rodearon la figura con pinus ponderosa, que permanecen verdes.
De esta manera, cada otoño, cuando los alerces cambian de color, la expresión de la sonrisa se hace visible con nitidez.
Un diseño bien calculado
Esta sorprendente gestión forestal y artística no fue una tarea sencilla, ya que hay que considerar una serie de factores. El rostro se tiene que ver proporcionado a la distancia y para ello, los expertos en silvicultura tuvieron que considerar varios condicionantes.
- Distribución precisa de los árboles: plantar los alerces en el patrón exacto de una cara sonriente requirió cálculos matemáticos y mapeo detallado del terreno.
- Crecimiento y altura de las especies: los árboles fueron seleccionados con base en sus tasas de crecimiento, asegurando que la imagen se mantuviera visible a lo largo de los años.
- Impacto estacional: la sonrisa solo aparece en otoño, cuando los alerces adquieren su característico tono dorado antes de perder sus agujas
Un fenómeno que continuará décadas
Esta "obra" no es una tendencia ni una moda pasajera o que se pueda borrar del paisaje de este bosque, ya que está garantizada durante años porque estos árboles siguen creciendo: la sonrisa podría cambiar con el tiempo, pero la idea central permanecerá.
Así que, si alguna vez estás en el estado de Oregón (EEUU) durante el otoño, no dudes en buscar esta singular sonrisa en el bosque. No solo es una curiosidad visual, sino también un ejemplo de cómo la naturaleza y la creatividad pueden ir de la mano.