"En mayo, cada día un rayo". La próxima semana cumplirá con creces
Al menos así será durante la primera semana del mes, cuando se espera que una nueva vaguada alcance la Península Ibérica. Aunque algunas zonas serán más propensas que otras a la formación de tormentas, el episodio será bastante generalizado.
Durante esta última semana de abril, nos han visitado nuevas bajas y vaguadas en niveles medios y altos que han favorecido el desarrollo de abundantes chubascos convectivos y algunas tormentas. Una situación, por otro lado, típica de esta época del año, en la que el aumento de la radiación solar actúa como mecanismo de disparo de la convección en las horas centrales del día. Sin embargo, hacen falta más ingredientes para el desarrollo de convección profunda y parece que durante los próximos días los vamos a seguir teniendo.
El chorro polar sigue débil e inestable, con amplias ondas que llegan a latitudes relativamente bajas. No se termina de asentar ninguna dorsal anticiclónica duradera en nuestro entorno y, probablemente, a partir del próximo domingo una nueva vaguada comenzará a afectar a la Península Ibérica. Además, la evolución más probable muestra que dicha vaguada podría llegar a alargarse demasiado, estrangulando su circulación y formando una pequeña depresión en niveles altos (DANA) que se quedaría en nuestro entorno por lo menos hasta el jueves, cuando se alejaría hacia el este.
Asociada a esta incipiente baja en altura, durante los primeros días de la semana se formará una pequeña baja en superficie que impulsará vientos del este y noreste, con cierto recorrido por el Mediterráneo, sobre la mitad oriental peninsular aportando algo de humedad adicional. Por tanto, los chubascos volverán a estar garantizados y las tormentas contarán con los ingredientes necesarios para volver a desarrollarse especialmente por las tardes, siendo ya el lunes una jornada especialmente tormentosa en buena parte del interior y mitad este.
Las tormentas pueden ser localmente fuertes
Inicialmente, los desarrollos convectivos pueden aparecer en cualquier punto de la Península. Serán menos probables en el extremo occidental, en el flanco descendente de la vaguada, donde no habrá divergencia en altura y los ascensos de aire estarán menos forzados por la dinámica de las masas de aire en niveles altos. Sin embargo, en la mitad oriental la convección contará con 3 ingredientes clave que facilitarán la aparición de tormentas localmente fuertes. De entrada, la masa de aire presente en esa zona, procederá del Mediterráneo occidental y será más cálida y húmeda, con bastante más energía disponible.
En segundo lugar, quedará situada en una zona con divergencia en niveles altos, justo al contrario de lo que sucederá al oeste de la Península. Por último, la cizalladura será apreciable, en parte gracias a esa baja en superficie que se formará durante el lunes en el sur peninsular y que impulsará vientos del este o noreste en superficie.
Las tormentas fuertes, por tanto, serán poco probables en la mitad occidental y relativamente frecuentes en la oriental, donde no se puede descartar alguna severa aislada, asociada a algún sistema organizado como multicélulas o de forma más puntual, alguna supercélula. Durante el fin de semana habrá que consultar con más detalle la evolución de todos estos parámetros para concretar qué tipo de estructuras se desarrollarán y delimitar las zonas con mayor probabilidad de incidencia.