Nuestros embalses se encuentran en una situación crítica

Con otro mes muy cálido y seco pocas esperanzas había para nuestras reservas de agua y efectivamente, han vuelto a tener un descenso importante. A punto de finalizar el verano estamos en un escenario muy malo, sobre todo en el sur peninsular.

Embalse de La Viñuela, en Málaga, a tan solo el 11,5% de su capacidad.
Uno de los embalses que se encuentra en situación crítica es el de La Viñuela, en Málaga, a tan solo el 11,5% de su capacidad.

En agosto suele ser difícil encontrar algún período relativamente importante de lluvias. En lo que llevamos de mes, lo más significativo son las precipitaciones sucedidas entre los días 5 al 9 en el extremo nordeste de la Península, del 16 al 18 en el área cantábrica y sistema Ibérico y del 24 al 26 en los tercios norte y este peninsulares. Todas, lluvias que siguen sin afectar a la parte sur, tan necesitada de agua.

Tanto por su duración, como por la acumulación de agua precipitada, el más importante es el que sucedió entre los días 16 y 18, principalmente en la parte más oriental del País Vasco y en el sistema Ibérico. En este mes y para observatorios principales, la máxima cantidad de agua recogida, hasta el día 29, son los 226,2 l/m2 del observatorio del aeropuerto de San Sebastián.

Por el contrario, hay muchas zonas peninsulares donde no ha llovido o la precipitación ha sido, prácticamente, inapreciable, destacando áreas de las provincias de Cádiz, Sevilla, Almería, Alicante, Badajoz y Cáceres. Con todas estas particularidades, podemos considerar este mes como seco en el conjunto de las regiones peninsulares.

La temperatura media ha superado este mes en 2 ºC su valor normal y las precipitaciones han sido escasas. Todo juega en contra de nuestros embalses.

Nuevamente el calor ha sido la nota dominante durante la mayor parte de agosto, lo que ha llevado a la temperatura media a superar en más de 2,0 ºC su valor normal para este mes. Las rachas de viento no están siendo una variable tan importante como en otras ocasiones y están ligadas a las tormentas. El otro factor a tener en cuenta es la humedad relativa, que durante agosto se puede considerar muy baja.

Por tanto, de las principales condiciones meteorológicas para la evaporación, todas estarían siendo desfavorables para nuestros embalses, quizás, con la excepción del viento. Con todo en nuestra contra, por semanas, la reserva de agua ha disminuido menos que la media de los últimos 10 años, durante todo el mes.

Todas las cuencas en negativo

Como hemos visto anteriormente, durante agosto, como era de esperar, está habiendo muy pocos momentos importantes de precipitaciones, siendo los más destacables los que han regado a la parte septentrional de la Península y las tormentas del este, en especial las del sistema Ibérico, aunque sean siempre muy locales y muy temporales.

Los embalses que más se deberían haber beneficiado de estas situaciones de lluvias serían los de las cuencas del tercio norte y del este, pero ninguna ha conseguido estar en números verdes. La que menos ha disminuido es la de Cantábrico occidental, con una bajada del -5,7%, porque la del Júcar, con una variación algo menor, lleva sin actualizar datos dos semanas.

La presa de Arbón, situada en la cuenca del Cantábrico Occidental, en el río Navia, en Asturias
La presa de Arbón, situada en la cuenca del Cantábrico Occidental, en el río Navia, en Asturias, es uno de los pocos embalses que ha aumentado su reserva en este agosto.

Pocos son los embalses que han conseguido mejorar durante este mes y, de entre ellos, podemos destacar el de Arbón y el de Doiras, que corresponden a la cuenca del Cantábrico Occidental. Estos pantanos, de producción eléctrica, construidos en 1967 y 1934, respectivamente, se encuentran en la provincia de Asturias, en el río Navia, y forman parte, junto con el pantano de Salime, de un grupo de embalses de producción eléctrica. Por orden desde la zona del nacimiento del río, se localiza el de Salime, con solo el 42% de su capacidad, el de Doiras al 72% y el de Arbón, al 95%.

Importantes descensos en el agua embalsada

Como sabemos, el problema de los grandes almacenamientos de agua es la pérdida por evaporación. Los factores que más influyen en ella son la temperatura, el viento y la radiación solar. Como decíamos, en este mes de agosto todas han sido negativas, sobre todo las temperaturas y las horas de Sol, que con la falta de nubosidad han visto amplificado su poder de evaporación.

El mayor problema de los grandes almacenamientos de agua es la pérdida por evaporación, y en ella influyen la temperatura, el viento y la radiación solar. En este mes de agosto los tres factores han sido negativos.

Mantenemos la vigilancia en varios pantanos que el factor humano ha trastocado su evolución, sufriendo grandes desembalses durante el verano pasado y que todavía no se han recuperado, principalmente en las cuencas del Duero y del Ebro.

Los escogidos, como ya saben mis lectores habituales son, respectivamente, el de Ricobayo en Zamora, que fue vaciado hasta el 11% y recuperado hasta el 39% en la actualidad y el de Mediano, en Huesca, que lo dejaron a un 17%, estando en estos momentos al 14% de su capacidad, en este mes ya lo han vaciado algo más del 33%. Respectivamente, entre un 14% y un 25% menos que su media de los últimos diez años.

La escasez de las precipitaciones en casi todas las comarcas peninsulares, con la excepción de alguna zona muy puntual, hace que la mayoría de las cuencas hayan tenido disminución en el agua embalsada, destacando en este caso la del Ebro, con un descenso de superior al 25%.

Conclusiones

Acabada la canícula, el período más seco en toda la Península, como era de esperar, la situación de nuestros embalses se encuentra en un momento crítico. La escasez de precipitaciones nos deja de lleno en el problema de la sequía y con restricciones de agua en algunas zonas del país. Durante este mes hemos perdido un importante 5,96% en el agua embalsada, que en estos momentos está al 35,94%, un 6% inferior a la misma fecha del año pasado y nos encontramos por debajo de la media de los diez últimos años, un 18%.

En situación atmosférica normal, la meteorología de las próximas semanas debería mantener la estabilidad solo rota por el paso de algunos frentes por la parte más septentrional, más alguna vaguada y posible formación de DANA en la zona este, pero las cuencas meridionales deberían continuar sufriendo cada vez más. En estos momentos, la cuenca del Guadalquivir es la peor de todas con tan solo un 21,98% de su capacidad. Siendo la más alejada de su media de 10 años la de Guadalete-Barbate, estando por debajo algo más de un 32%.