El vórtice polar podría estar robusto este invierno. ¿También en primavera?
El vórtice polar sigue muy fuerte en el Polo Norte, ¿seguirá la situación igual el resto del invierno? Aquí os contamos la posible evolución del almacén de aire frío más grande del hemisferio norte y sus posibles efectos en España.
La contingencia o bilocación del vórtice polar puede llegar a condicionar el tiempo de buena parte del continente europeo, porque en muchas ocasiones influye en que el aire frío quede retenido solamente en latitudes elevadas o que haya descargas frías polares hacia el sur.
Para que un vórtice polar estratosférico afecte al troposférico, tiene que propagarse esa anomalía y no siempre ocurre, hace falta que sea intensa y persistente en el tiempo. Aunque el vórtice polar estratosférico se puede predecir a largo plazo, en realidad no permite mirar más allá de unas pocas semanas. Seguramente tenga algún calentamiento a lo largo del invierno, pero para que sea efectivo debe ser intenso y persistente.
Durante este otoño el viento a 10 hPa ha marcado valores positivos. Eso nos indica un vórtice polar estratosférico fuerte y, en general, estable. Esta puede ser una de las razones -no la única- por la que no hemos tenido entradas de aire frío en nuestras latitudes, más bien masas de aire templadas del sur y suroeste.
El invierno comienza con un vórtice polar estratosférico muy robusto
Las proyecciones a corto y medio plazo para intuir una posible entrada contundente de aire muy frío en España no son optimistas. Las previsiones del viento estratosférico, indicador que nos sirve para cuantificar la robustez de ese vórtice, que en muchas ocasiones repercute en la troposfera, muestra valores positivizados para las próximas semanas, por encima de la media de los últimos años.
Estos valores suelen conllevar, más abajo en la atmósfera, un chorro polar intenso con una probabilidad baja de irrupciones polares o árticas potentes saliendo hacia latitudes más bajas. Sí pueden producirse descargas de aire frío efímeras o de pocos días pero, previsiblemente, no muy fuertes ni persistentes.
Este pronóstico es coincidente con las previsiones para las próximas fechas, con una idea bastante clara y precisa: la ausencia del frío. La falta de estos "indicios" referentes a las descargas de aire frío, juntamente a la positividad o neutralidad de la NAO, nos hace pensar que, hasta bien adentrado el mes de enero, predominará una situación de bloqueos anticiclónicos o dorsales subtropicales.
¿Una primavera de 2023 distinta a la de 2022?
Si os acordáis, en este 2022 tuvimos un invierno con temperaturas muy suaves, con un vórtice polar muy fuerte y estable. En marzo, se produjo una bilocación del vórtice polar con un calentamiento súbito estratosférico.
Esta circunstancia se tradujo en un período marzo-abril más fresco de lo habitual, y muy húmedo, especialmente en el litoral mediterráneo. De momento, es muy pronto para afirmar si algo así puede volver a suceder. Ya en mayo entró en juego la dorsal subtropical, que nos hizo pasar de una primavera invernal a temperaturas casi caniculares.
Esta próxima primavera creemos que será algo distinta, según los pronósticos estacionales. Predominarían las temperaturas suaves, que empalmarían con un mayo algo más cálido de lo habitual, pero sin llegar a ser tan extremo como el del 2022. Eso sí, cada primavera es un mundo, ya que la atmósfera suele mostrarse muy dinámica. Veremos.