¡El vórtice polar está de vuelta! El frío se incrementará en el Ártico en próximas semanas
Aumenta el frío en el Ártico, anunciando la vuelta del vórtice polar, previéndose su fortalecimiento durante este otoño e invierno. ¿Qué se puede esperar en la próxima temporada invernal?
Como en cada inicio de la temporada invernal, la circulación en la tropósfera y estratósfera polar comienza a cambiar asociado a menor radiación solar, descenso de temperaturas, congelación del mar y fuertes vientos; y justamente septiembre marca el comienzo de estos cambios.
¿Qué es el vórtice polar?
Sobre las latitudes polares, una enorme circulación ciclónica (en contra de las manecillas del reloj) abarcando miles de kilómetros cuadrados y con una profundidad de hasta 50 km, encierra al aire frío del Ártico.
Este sistema meteorológico toma relevancia desde el otoño hasta principios de la primavera, entre septiembre y hasta por lo menos marzo-abril del siguiente año, generando los grandes cambios invernales.
Conforme pasan estos meses, su extensión se incrementa con cambios en su configuración. Eventualmente, una zona del vórtice en la estratósfera sufre un calentamiento repentino, alterándolo y ocasionando que su forma circular pase a una elongada, permitiendo que el aire gélido llegue más al sur.
De otra forma, si el vórtice experimenta un fortalecimiento en su rotación, el frío ártico se queda encerrado en zonas polares, generando condiciones menos frías en países del hemisferio norte, pero cuando se debilita puede elongarse desplazando masas polares hacia varias regiones.
Asimismo, puede combinarse directa o indirectamente con otras oscilaciones como la del Atlántico Norte, Ártica, del Pacífico Este, la Quasibienal, el mismo fenómeno de El Niño, etc., las cuales pueden fortalecer – o debilitar – los efectos invernales en el hemisferio norte. Aquí se tratará de explicar a grandes rasgos estas condiciones para la temporada 2023-24.
Interacción con oscilaciones océano-atmosféricas
Todo está interconectado, en mayor o menor intensidad, pero siempre habrá respuesta de un suceso en alguna parte del planeta sobre otra región. Este año hemos experimentado olas de calor importantes, y aunque se mencionó muy poco los medios, el frío se compensó en otras regiones al igual que con las lluvias/sequías.
Cuando el vórtice se estira en las direcciones América – Asia, el frío extremo se desplaza hacia estas regiones, pero habiendo una respuesta cálida (o menos fría) sobre Europa. Con el calentamiento estratosférico mencionado, hasta 50 km de altitud, en niveles más bajos entre 5 km sobre la superficie, se altera la circulación troposférica.
Aquí es cuando se generan patrones de bloqueo, siendo típicos en el Pacífico norte cercano a Alaska, en el Atlántico Norte hacia Groenlandia y sobre Escandinavia. Cuando se da alguno de estos o incluso, los 3 simultáneos, el frío ártico se desplaza hacia zonas continentales, incluyendo Estados Unidos y México.
También tenemos que considerar que dirección del viento y movimientos descendentes se pueden presentar, asociados a la Oscilación Quasibienal, a la fase del fenómeno del ENSO (en este año sería El Niño), Madden-Julian, y otras, para determinar cuándo podrían darse periodos más fríos de lo normal.
Primeras tendencias para el invierno: frío a la vista
Primero, viene mucho al caso recordar que cuanto más distantes nos encontremos de una fecha de interés, la previsión tendrá mucha variación e incertidumbre; por tanto, aquí se mostrará el panorama que actualmente los modelos muestran.
El pronóstico estacional está mostrando que, los bloqueos antes mencionados estén presentes, principalmente en el Atlántico norte y sobre el Ártico, además de una fase en descenso y con viento de dirección este. Asimismo, El Niño al estar activo ocasiona una corriente en chorro subtropical con mayor transporte de humedad.
Estos factores son suficientes, por ahora, para estimar que tendremos una temporada invernal con mayores periodos de lluvias y temperaturas por debajo de lo normal, combinándose eventualmente para ocasionar también nevadas con mayor intensidad y extensión.
De cumplirse este escenario de bloqueo en latitudes altas, España podría verse favorecida por estos descuelgues de aire frío o por la circulación de borrascas más al sur de lo habitual, lo que se traduciría en precipitaciones abundantes. Sin duda, sería una fantástica noticia para paliar la grave sequía que padecen varias regiones peninsulares.