¿El sistema agroalimentario mundial está a punto de colapsar? El agrónomo José David Díaz analiza la situación
Costes de producción elevados, bajos e inestables precios, efectos climáticos adversos y profesionales al límite, ponen la agricultura mundial en un estado de tensión palpable. La agricultura no atraviesa su mejor momento, y las protestas van en aumento.
Durante los últimos meses, en el ámbito agrícola las tensiones han ido en constante aumento. La mayoría de la comunidad se ha unido en una fuerte y poderosa expresión de descontento, lo que ha llevado de forma directa al estallido de masivas protestas por parte de miles de agricultores en su legítimo derecho de manifestación contra los problemas críticos que sufre el campo.
Todo ello viene desencadenado por la acumulación de un conjunto de situaciones que llevan al límite a los productores. Entre estos aspectos podemos destacar el importante incremento del precio de los insumos agrícolas, la inestabilidad de los precios, así como el cada vez más palpable cambio climático.
Desencadenantes de la tensión global agrícola
La tensión agrícola que estamos viviendo no se centra sólo en un problema nacional, si no que crece hasta niveles europeos, y escala también al resto del mundo, lo cual supone una situación preocupante, que en muchas ocasiones, no somos conscientes.
Desafío climático
Uno de los principales factores que impulsan estas protestas es el cambio climático y sus efectos adversos en la agricultura. Las condiciones meteorológicas extremas, como sequías prolongadas, inundaciones repentinas y patrones impredecibles, están afectando la capacidad de los agricultores para planificar y cosechar sus cultivos de manera efectiva.
Presión económica
La presión económica sobre los agricultores es otro motivo de descontento que impulsa las protestas. Muchos agricultores se enfrentan a altos costes de producción y bajos precios de venta de sus productos. La globalización y la competencia desigual en los mercados internacionales han dejado a los agricultores locales en una posición vulnerable, por lo que las protestas buscan destacar la necesidad de políticas que protejan sus intereses y aborden la desigualdad económica en la cadena alimentaria.
Tecnología y presión innovadora
A medida que la tecnología ha avanzado en la agricultura, también ha surgido un debate sobre el uso de insumos químicos y organismos genéticamente modificados (OGM), estos últimos fuera de Europa.
Algunos agricultores se sienten presionados por las empresas de biotecnología y agroquímicos, mientras que otros abogan por prácticas agrícolas más sostenibles y amigables con el medio ambiente. Con las protestas, muchos agricultores buscan resaltar la necesidad de un enfoque equilibrado que utilice la tecnología de manera responsable y promueva la parte ecológica para garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo.
Acceso a la tierra
En muchas regiones, la expansión urbana y la concentración de la tierra en manos de grandes corporaciones están dejando a los agricultores locales sin acceso a tierras adecuadas para cultivar y poder vivir. Las protestas exigen también que se haga una revisión de las políticas de uso de la tierra y la protección de los derechos de los agricultores para garantizar un acceso equitativo a los recursos naturales.
Las actuales protestas de los agricultores son un eco global de las tensiones que sufre la agricultura en todo el mundo. Estas manifestaciones no sólo nos revelan los desafíos individuales de los miles de agricultores que se concentran en sus ciudades, sino que también sirven de ejemplo para que la sociedad comience a realizarse preguntas más amplias sobre la sostenibilidad de nuestras prácticas agrícolas y la necesidad de reformas en las políticas y en la mentalidad global hacia la producción de alimentos.
La resolución de estos problemas no solo beneficiará a los agricultores, sino que tendrá también un impacto muy positivo en la tranquilidad frente a la seguridad alimentaria y el equilibrio ambiental a nivel mundial.