El río que se une al cielo, descubre esta joya escondida que atrae la atención de los viajeros. ¿Dónde se encuentra?
Acompáñanos a conocer una de las obras arquitectónicas más impresionantes del siglo XIX, este majestuoso acueducto que conecta pasado y presente en plena campiña británica.
En un rincón remoto de la campiña británica se encuentra un prodigio de la ingeniería que desafía la gravedad y la imaginación a partes iguales. Este monumento no solo cruza barreras físicas, sino que también conecta la historia con la modernidad de una manera única.
El acueducto más alto y largo de toda Gran Bretaña
Estamos hablando del acueducto Pontcysyllte, que se alza majestuosamente sobre el valle del río Dee, en Gales del Norte, y que fue diseñado por el visionario ingeniero Thomas Telford a principios del siglo XIX.
Con sus 38 metros de altura y 307 metros de longitud, no sólo es el acueducto más alto de Gran Bretaña, sino también el más largo de su tipo en el país. Por eso y mucho más, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2009.
Construido entre 1795 y 1805, este impresionante arco de canales de piedra y hierro fundido permite que el Canal Llangollen cruce el valle aéreamente, lo que permite llevar a los barcos y a sus pasajeros sobre el río con una vista que parece desafiar todas las leyes de la física.
Toda una proeza de la ingeniería del siglo XIX
Este acueducto no sólo es una maravilla técnica, sino también una demostración de la audacia y la habilidad de los ingenieros del siglo XIX. Su diseño innovador incluye diecinueve pilares de piedra que soportan un canal estrecho de hierro fundido.
Esto su vez permite que los barcos naveguen con seguridad sobre el valle, a una altura que ofrece vistas panorámicas incomparables de los paisajes galeses.
Lo curioso es que para su construcción se utilizaron materiales y técnicas revolucionarias para la época. El canal de hierro fundido está sellado con plomo para evitar filtraciones, una solución ingeniosa que ha permitido su conservación durante más de dos siglos. Además, la ligereza del hierro permitió reducir el peso total de la estructura, asegurando su estabilidad sobre los altos pilares de piedra.
Un destino obligado para viajeros y amantes de la historia
Cada año, miles de visitantes acuden a este lugar para experimentar la sensación de estar suspendidos en el aire mientras navegan tranquilamente sobre las aguas. Aunque no sólo se puede cruzar en barco, sino también a pie por una pasarela adyacente, lo que permite disfrutar del paisaje de manera diferente.
En realidad, este acueducto no sólo es una atracción turística, sino también un testimonio vivo de la innovación y la visión que marcó la Revolución Industrial en Gran Bretaña. Su mantenimiento constante asegura que continúe sirviendo como un enlace crucial en la red de canales británica, preservando tanto su funcionalidad como su belleza histórica.
Si para los turistas Pontcysyllte es parada obligada, para los locales no sólo es una estructura funcional, sino un punto de orgullo que representa la capacidad humana de dominar la naturaleza de manera respetuosa y estéticamente sorprendente.
Y como colofón a la visita, y dado que todo su entorno es igual de espectacular, se pueden realizar varias y diferentes rutas de senderismo con vistas panorámicas, e incluso recorridos guiados que explican su historia. También existe la opción de conocer más sobre el canal en los centros de interpretación cercanos, donde se exhiben detalles de su construcción e impacto.