El pueblo de Albacete apodado “la Suiza manchega”, una joya de película sobre un balcón natural de roca
Belleza, historia, cultura y cine se aúnan en esta localidad enclavada en un paisaje espectacular de Castilla-La Mancha. Te mostramos todos los detalles de este tesoro albaceteño que espera ser redescubierto.
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Enclavado en una sierra, entre formaciones rocosas que desafían la llanura manchega, se esconde un pueblo único de calles estrechas que serpentean entre casas encaladas y balcones floridos. Por su belleza natural, su rica historia y su singularidad esta localidad ha recibido un apodo especial: “la Suiza manchega”.
Aýna, el balcón de la Sierra del Segura
A pesar de su apodo de inspiración alpina, este municipio es, en realidad, un rincón español con identidad propia. Se trata de Aýna, un tesoro escondido en Castilla-La Mancha, enclavado en plena Sierra del Segura. A poco más de 60 kilómetros de Albacete, se alza en un paraje privilegiado, dominando el impresionante cañón del río Mundo.
Desde sus miradores, las vistas panorámicas son impresionantes, con el río serpenteando en el fondo del valle y las montañas dibujando un horizonte que parece infinito.
La hermosa Ayna nevada - Ayna (Albacete, España)#Ayna #Albacete #CastillaLaMancha #SierraDelSegura #snow #panorama #night #landscape #sky #sunset #sky #filomena #adventure #photography #longexposure #mountain pic.twitter.com/Yefyso1MOs
— Juan María Coy (@juanmariacoy) January 20, 2021
Otro de los grandes atractivos de esta localidad es su urbanismo. Las casas blancas, adaptadas a la orografía del terreno, se distribuyen en diferentes niveles, generando una estampa única que recuerda a los pueblos de montaña del norte de España.
Un pasado que se remonta al Paleolítico
Lo curioso de esta localidad manchega es que su historia se remonta miles de años atrás. Prueba de ello son las pinturas rupestres de la Cueva del Niño, situadas a escasos kilómetros del casco urbano.
Este yacimiento, que data del Paleolítico Superior, alberga las representaciones pictóricas más antiguas de la provincia de Albacete, con más de 10.000 años de antigüedad. En su interior, se pueden observar figuras de animales y signos abstractos que dan testimonio de la presencia humana en la zona desde tiempos inmemoriales.
Cueva del Niño (Aýna, Albacete) alberga una secuencia discontinua desde el Paleolítico Medio hasta el Neolítico, además de pinturas rupestres paleolíticas y de estilo Levantino: sitio clave para comprender la ocupación del interior de la península ibérica https://t.co/aK5RlswdW3 pic.twitter.com/Nhzhepg2MS
— Roberto Sáez (@robertosaezm) December 15, 2021
Además, a lo largo de los siglos, Aýna ha sido testigo del paso de diferentes civilizaciones. Durante la época musulmana, formó parte de la red defensiva de la Sierra del Segura, y aún conserva vestigios de aquella época en algunas construcciones. Con la conquista cristiana, el pueblo pasó a formar parte del Reino de Castilla, desarrollando su estructura actual y manteniendo su carácter tradicional.
Escenario de una película española inolvidable
Sin embargo, Aýna no sólo es conocida por su impresionante paisaje e historia, sino también por su vínculo con el cine. En 1988, el director José Luis Cuerda eligió sus calles y alrededores como uno de los escenarios principales para la icónica película Amanece, que no es poco. La cinta, convertida en un clásico del cine español, dejó una huella imborrable en el municipio.
"Amanece que no es poco" se grabó en tres pueblos de la Sierra del Segura en Albacete: en Aýna, Liétor y Molinicos, localidades de la conocida como Suiza manchega, #ElCazador863 pic.twitter.com/u73tHARhog
— Lilit Manukyan (@LilitManukyan_) January 15, 2024
Aýna mantiene vivo su legado cinematográfico con una ruta turística que recorre los escenarios clave de la película. Destacan una estatua en honor a Cuerda, paneles informativos y recreaciones de escenas icónicas. Sin duda, un recorrido imprescindible para los cinéfilos y amantes del humor surrealista.
Un pueblo que busca nuevos vecinos y ofrece diversas oportunidades
Pese a todos estos encantos más que probados, y al igual que muchas localidades rurales, Aýna lucha contra la despoblación. Con pocos habitantes y una población envejecida, busca atraer nuevos vecinos que deseen una vida en contacto con la naturaleza.
Para luchar contra esa despoblación cada vez más acuciante, se han impulsado iniciativas que facilitan empleo y viviendas asequibles. Sectores como la hostelería, el turismo rural y la agricultura ofrecen oportunidades, mientras que la mejora de las comunicaciones y el auge del teletrabajo han convertido al pueblo en un destino atractivo para quienes buscan tranquilidad y un cambio de vida.