El polvo está en el viento
Ya lo decía el grupo Kansas, somos polvo en el viento, y estos días lo tenemos sobre nosotros.
Polvo del desierto
Estos días de cielos marrones son debidos a la entrada de polvo del desierto del Sahara transportado por el viento hacia el norte. Este fenómeno suele asociarse al calor por su nombre, calima, pero en realidad genera una sombra enfriando en parte el ambiente. En parte, ya que en el caso de Canarias el aire viene caliente del desierto, y desde el sur en el caso de la península, favoreciendo el ascenso de las temperaturas. Es decir, la calima del Sáhara suele estar asociada a un aumento de temperatura.
Para que el polvo llegue al aire se necesita que se levante del suelo del desierto. Esto se puede producir, principalmente, por vientos que muevan la arena (técnicamente, saltación mecánica). El viento mueve las partículas de arena y éstas, dependiendo de su tamaño, llegan a quedar suspendidas en el aire y posteriormente transportadas por los vientos en altura hasta lugares remotos.
También puede producirse un ascenso de aire rápido junto al suelo por el calentamiento de la arena (saltación térmica). Un ejemplo de este proceso son esos remolinos de polvo que se producen en verano en sitios áridos que técnicamente reciben el nombre de tolvaneras o en inglés "dust devils".
Este proceso contribuye menos a la generación de polvo en el aire aquí en La Tierra, pero que se lo cuenten a mi amigo Jorge, especialista en meteorología de Marte si el polvo de los "dust devils" es importante o no, ya que generan graves problemas en la instrumentación del rover Curiosity. (ya hablaremos de meteo de Marte próximamente).
Si los procesos de generación de polvo en el aire se producen sobre un desierto como el Sahara de 9.400.000 km2 , podemos imaginar por qué los cielos acaban marrones.
Contaminación y lluvia marrón.
El polvo en suspensión, al ser tan pequeño (10 micrómetros), es inhalado, por ello es considerado como un contaminante de origen natural. Como todos los contaminantes cuando las concentraciones aumentan se sabe que generan riesgos para la salud. El caso del polvo cae dentro de la categoría conocida como PM10 (Partículas Materiales de 10 micrómetros) y es habitual que los registros de esta categoría se disparen cuando se produce calima.
La manera de que la concentración de polvo descienda, es porque el viento la desplace a otro lado o porque se produzca lluvia marrón, conocida como lluvia de barro, que es el mayor placer de los dueños de lavaderos de coches.
Para que se produzca precipitación se necesita que las gotitas en la nube alcancen un tamaño lo suficientemente grande y caigan por su peso. En este proceso reciben la ayuda de los núcleos de condensación. Un núcleo de condensación nuboso, es una partícula en suspensión que permite ser envuelta por el agua de la nube y así crecer más rápido. Aunque los núcleos de condensación más habituales son más pequeños que el polvo, éste también funciona bien para hacer crecer las gotitas hasta que caigan. Estas gotitas tendrán un núcleo pequeñísimo (invisible) marrón, pero ademas al caer arrastraran más polvo aún, dejando un bonito color marrón sobre los coches.
Estudio del polvo
El polvo se puede registrar con sensores de partículas contaminantes, pero también es visible desde satélites meteorológicos. Estos satélites permiten hacer un seguimiento constante de las mayores fuentes de polvo, los desiertos y como las masas de aire lo transportan a otros lugares.
Ademas de satélites, también existen modelos por ordenador que son capaces de simular la evolución del polvo. El Barcelona Dust Forecast Center es el mayor centro especializado en polvo en suspensión en la región mediterránea y en su web se pueden consultar predicciones de la evolución de la calima.
Así pues, el polvo está en el aire, y es algo que estando cerca de un desierto, no es nada anormal.