El paraíso oculto de Málaga: la ruta de cascadas y pozas perfecta para esta primavera

Te invitamos a descubrir la cara más verde y salvaje de Málaga, una escapada perfecta para estos días que combina deporte, paisaje y desconexión en un entorno natural de un valor incalculable.

Cascada de la Rejía
En la zona también se puede disfrutar de la Cascada Salto de la Rejía, situado en Sierra Parda, con una caída vertical de más de cincuenta metros. Fuente: Diputación de Málaga.

La provincia de Málaga es conocida por su costa bañada por el sol, sus pueblos blancos y su animada vida cultural. Sin embargo, más allá del bullicio de la Costa del Sol y del encanto turístico de ciudades como Ronda o Marbella, hay rincones naturales que están en un discreto segundo plano, pero que bien merecen nuestra atención.

Hoy vamos a hablar de unos de ellos, y para hacerlo tenemos que adentrarnos en el corazón de la Sierra de las Nieves, recientemente declarada Parque Nacional en la provincia de Málaga.

Un rincón oculto de naturaleza virgen, entre pozas cristalinas, cascadas y senderos increíbles

Nos referimos a las Cascadas de Tolox, un conjunto de saltos de agua y pozas cristalinas que conforman una de las rutas más espectaculares, y aún poco conocida, de toda Andalucía.

Tolox es un pequeño municipio malagueño situado en la vertiente oriental de la Sierra de las Nieves, a unos 45 minutos en coche desde Marbella o una hora y media desde Málaga capital. Este pueblo blanco, tradicionalmente vinculado al pastoreo y a las aguas termales, es el punto de partida ideal para adentrarse en uno de los parajes más frescos y salvajes del interior malagueño.

Las Cascadas de Tolox se encuentran en el entorno del Charco de la Virgen y del Río de los Caballos, dos nombres que evocan perfectamente el carácter mágico del lugar. Se trata de una ruta de senderismo que discurre entre cañones, arroyos y pozas naturales de aguas claras, ideales para refrescarse cuando el calor empieza a apretar.

Una ruta de dificultad media, perfecta para primavera

La ruta principal que lleva hasta las cascadas tiene una longitud aproximada de 6 a 7 kilómetros contando ida y vuelta, con una duración estimada de entre dos y tres horas, dependiendo del ritmo y de las paradas que se hagan para disfrutar del entorno.

Aunque no es especialmente técnica, requiere buen calzado y algo de precaución, ya que algunas zonas pueden estar resbaladizas o implicar pequeños ascensos por terreno rocoso. No es recomendable para personas con movilidad reducida, pero sí accesible para familias con niños acostumbrados a caminar por el campo.

Geología, flora y fauna de un entorno único

Desde el punto de vista geológico, este rincón de la Sierra de las Nieves destaca por sus formaciones calizas y dolomíticas, que han sido esculpidas durante siglos por la acción del agua. Los cañones estrechos, las paredes verticales y los pozos naturales son fruto de esa erosión lenta y constante que ha dado lugar a un paisaje de gran valor ecológico y visual.

En cuanto a la flora, predominan los alcornoques, encinas y pinos, aunque también es fácil encontrar laurisilva, jaras, lentiscos y helechos en las zonas más húmedas. En primavera, el recorrido se llena de color gracias a las flores silvestres que tapizan los márgenes del camino.

En este entorno habita una rica fauna que incluye zorros, jabalíes, cabras montesas y una gran variedad de aves como águilas culebreras, búhos reales y mirlos acuáticos. Si se camina en silencio, es muy posible cruzarse con alguna cabra salvaje o ver truchas nadando en las pozas del río.

Para aprovechar la ruta, es ideal salir temprano, llevar agua, protección solar y, en épocas cálidas, bañador. Como última recomendación, la mejor época para visitar la zona es entre marzo y junio, cuando el caudal del río es generoso y las temperaturas son agradables.