El mosquito tigre cada vez supone una amenaza mayor en Europa
Cualquier pequeña variación climática puede traer consecuencias significativas en el habitat de algunas especies. Algunas de las últimas investigaciones tienen puesta la atención en el mosquito tigre, un conocido transmisor de enfermedades, y su expansión por Europa.
Europa tiene una gran variedad climática y, por tanto, una importante biodiversidad con sectores muy diferenciados entre ellos. Esto también implica que una variación global de la temperatura tendrá repercusiones diferentes en cada zona. En consecuencia, su seguimiento y predicción se hacen extremadamente difíciles.
Sin embargo, en la zona central y occidental del continente la influencia del océano Atlántico y el Mediterráneo se hacen muy evidentes, predominando los climas de tipo Cs (mediterráneo) y el Cfb (oceánico templado), tan sólo interrumpidos por las cordilleras del suroeste donde aparecen diversos pisos climáticos caracterizados por una mayor continentalidad y temperaturas más frías que en los anteriores.
Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas se ha hecho evidente un incremento de la temperatura que ha desplazado estas regiones climáticas templadas algo más al norte. Es el caso también de la Península Ibérica donde no se aprecian tendencias concluyentes en la distribución de las precipitaciones, pero sí un aumento térmico que ha sido significativo desde las últimas décadas del siglo pasado. Obviamente esto tiene unas consecuencias y modifica las zonas favorables para la proliferación de especies tanto animales como vegetales, pero ¿podemos predecir estos cambios?
Una especie invasora en Europa
Evidentemente no es fácil anticiparse a estas variaciones y la investigación debe ir paso a paso. Algunos de los estudios más recientes en Europa se han centrado en el mosquito tigre (aedes albopictus), en cierto modo porque es una conocida especie de mosquito que se considera invasora en la Península Ibérica y que últimamente está expandiéndose en esta zona de Europa. Además es conocida por ser un vector importante de transmisión de enfermedades víricas, algunas muy conocidas como el dengue, la artritis epidémica o la fiebre amarilla.
El mosquito tigre necesita humedad, pero también veranos cálidos con temperaturas constantes en torno a los 25ºC o superiores e inviernos suaves en los que en ningún caso desciendan de 3ºC, en cuyo caso este insecto moriría. El Flemish institute for technological research (VITO) ha presentado una herramienta basada en los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernico (C3S) del ECMWF, en la que se muestra la expansión del habitat del mosquito tigre de acuerdo con escenarios climáticos previstos.
Esta herramienta permite conocer cuáles pueden ser las áreas más afectadas por la expansión de este mosquito con el paso de las décadas de acuerdo con los escenarios de evolución climática contemplados actualmente por los modelos. Además muestra qué zonas a día de hoy han empezado a ser favorables para su expansión.
Evidentemente el clima oceánico y especialmente el Mediterráneo (Csa y Csb) que tenemos en buena parte del sur y oeste de Europa se convierten en un buen caldo de cultivo. Para su proliferación, en esta zona basta un incremento ligero de las temperaturas que favorezca periodos prolongados e ininterrumpidos en verano por encima de los 20 o 25 ºC tras un invierno sin entradas frías significativas. Como estas condiciones cada vez son más fáciles de cumplir, esta especie invasora se está asentando y además previsiblemente se expandirá en los próximos años aún más.