El Mediterráneo y la Península son las zonas cero de la alerta de sequía en Europa, avisa Copernicus
La sequía es un fenómeno que se extiende más allá de nuestras fronteras y afecta a buena parte de Europa, especialmente a la cuenca mediterránea. Las cuencas internas de Cataluña alcanzan valores inéditos y críticos.
La sequía es un problema creciente en España, y no tiene fácil solución. Según productos de satélite compartidos por Copernicus, el 13% del territorio europeo se encontraba en condiciones de aviso por sequía y un 0,8% en alerta, a principios de este mes. Los países mediterráneos son los más afectados, y sobre todo España e Italia en Europa.
La situación, lejos de mejorar, podría recrudecerse en próximas semanas debido a un bloqueo anticiclónico de larga duración. Las borrascas y sus frentes asociados son desviadas hacia latitudes más septentrionales.
Sequía histórica en Cataluña
Las comarcas catalanas padecen una sequía sin precedentes con una evolución de más de tres años. La situación en la comunidad es dramática y no hay indicios de lluvias ni a corto ni medio plazo. Las cuencas internas de Cataluña han descendido del 16% de capacidad, colocándose en el tercer peor puesto de la Península y superando la sequía histórica de 1989.
Las cuencas del Llobregat y Ter se encuentran a un 16,57% de capacidad, en conjunto. El sistema Ter-Llobregat es uno de los más importantes, ya que abastece a la ciudad de Barcelona. Con estos números y bajo los criterios actuales, Cataluña podría entrar en emergencia por sequía de forma inminente.
Andalucía y Región de Murcia por debajo del 26%
Los números rojos no se reducen a Cataluña. En Andalucía y la Región de Murcia, el porcentaje de agua embalsada es del 21,95% y 25,68% respectivamente, según datos del Boletín Hidrológico Nacional. Los peores números se los lleva las provincias de Almería con un 9,38%, Cádiz con 15,32% y Málaga con 15,75%. El embalse de La Cierva, en la Región de Murcia, se encuentra tan solo al 7% de capacidad con menos de cuatro hectómetros cúbicos de agua.
Variabilidad o cambio de patrón atmosférico
Es complicado señalar un culpable evidente puesto que la sequía es un rasgo intrínseco del clima mediterráneo, que se caracteriza por la irregularidad pluviométrica y un período estival muy seco, sin apenas precipitaciones.
Los períodos secos se caracterizan por una mayor presencia anticiclónica alternada con situaciones de chubascos intensos y situaciones de poniente. Estos tres escenarios mantenidos en el tiempo, pueden dar lugar a un déficit destacable pero... ¿pueden explicar por sí solos, una situación tan grave como la actual?
El cambio climático, culpable parcial
El cambio climático podría estar jugando su papel, aunque no sabemos como de importante es. Estudios recientes, muestran un aumento de la frecuencia e intensidad de los anticiclones subtropicales en el sur de Europa en las últimas décadas. Estos anticiclones estacionarios forman parte de una célula de circulación atmosférica a gran escala, llamada célula de Hadley.
En un clima no alterado, los anticiclones subtropicales de la célula de Hadley nos afectarían en verano y se retirarían en otoño, permitiendo el descenso de latitud de las borrascas del frente polar con sus lluvias asociadas. En los últimos años, la célula de Hadley se podría estar expandiendo hacia el norte, trayendo consigo una mayor presencia anticiclónica sobre nuestro país. Esto indudablemente contribuye a intensificar la irregularidad pluviométrica y podría potenciar las sequías.