Alerta bulo: el mar Mediterráneo roza los 30 ºC, ¿es cierto que habrá una gran DANA con lluvias torrenciales en España?
Todos los veranos se dice que el Mediterráneo está muy caliente y que eso augura un gran episodio de lluvias torrenciales en otoño. Se trata de un bulo bastante extendido en España, y aquí lo desmontamos.
En estos últimos meses se está hablando mucho de las temperaturas disparatadas que se están registrando en el Atlántico Norte, que ha destrozado todos los anteriores récords. A pesar de volver a una circulación atmosférica más típica de las fechas, las aguas superficiales siguen estando muy cálidas. Sin embargo, también preocupa mucho la situación del Mediterráneo.
Mucho se habló el año pasado de la extraordinaria ola de calor marina que padeció el "Mare Nostrum", que registró valores más propios del mar Caribe durante el verano. Por ejemplo, en la boya de Dragonera (Baleares) se registraron hasta 31,3 ºC, mientras que la de València rozó los 30. Y esa situación tan anómala (cada vez menos) genera una serie de impactos en el tiempo, la flora y la fauna.
La temperatura del mar ya roza los 30 ºC en Baleares
Y parece que podría repetirse la historia. De acuerdo con los datos del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, la temperatura del Mediterráneo actualmente es más elevada que la del año pasado por estas fechas, con un calentamiento muy importante y repentino durante la primera quincena de julio, debido a la sucesión de irrupciones de aire muy cálido que se han ido sucediendo sobre la cuenca occidental mediterránea.
En el golfo de València y en otros puntos de medición no había constancia de una temperatura tan alta por estas fechas desde que existen registros, lo que confirma la preocupante tendencia observada en el Mediterráneo en las últimas décadas: se está tropicalizando y el calendario de temperaturas marinas altas se está alargando.
En estos momentos la temperatura superficial del mar ya ha alcanzado picos que han rozado los 30 ºC en el entorno de la boya de Dragonera. Por su parte, la de València (que no está junto a la costa) se ha quedado muy cerca de los 28,5 ºC. Asimismo, resulta muy destacable los valores que se están midiendo frente al cabo de Palos, donde se han superado los 28,2 ºC en las últimas horas. Yo todavía hay margen en las próximas semanas para que el Mediterráneo siga calentándose, salvo un giro radical en la situación meteorológica.
"Este año el Mediterráneo está muy caliente y habrá una gran DANA en otoño"
Sin duda, la de arriba es una de las grandes frases clásicas del verano. Suele asociarse un Mediterráneo muy caliente en verano a un gran evento de lluvias torrenciales y de consecuencias catastróficas en otoño. Y eso no es cierto, ya que el mar por sí solo no puede generar episodios de este calibre. Pero es una falsa idea bastante extendida.
Evidentemente, con un Mediterráneo caldeado tenemos un mayor potencial para que las precipitaciones puedan ser muy intensas, siempre y cuando se den una serie de factores a la vez, algo que no pasa todos los otoños. Estas situaciones suelen asociarse a descuelgues de gotas frías o DANAs (aunque los últimos responsables de las lluvias torrenciales suelen ser los sistemas convectivos o tormentas muy organizadas), pero hay que contar también con la compleja orografía de nuestro país, la presencia de vientos marítimos, la calima o la temperatura del mar, entre otros.
En definitiva, la temperatura del Mediterráneo es un factor a tener muy en cuenta, ya que un colchón de humedad y calor puede potenciar las precipitaciones, pero no resulta determinante. Por otra parte, es un error utilizar los conceptos de gota fría o DANA como sinónimos de lluvias torrenciales, como ya hemos explicado muchas veces en Meteored. Muchas DANAs no provocan precipitaciones extremas, y pueden darse aguaceros de gran intensidad con otro tipo de situaciones.
En 2003, 2015, 2017 o 2022 (entre otros) el Mediterráneo alcanzó temperaturas muy altas y en esos años se temía la llegada de una gran gota fría o DANA. ¿Y qué paso en otoño más allá de las trombas o tormentas intensas y locales típicas de esta estación en la vertiente mediterránea? Prácticamente nada. De hecho, últimamente la primavera o incluso los inviernos se están mostrando más húmedos que el otoño en varias regiones en las que la estación otoñal solía ser el período más húmedo del año.
Obviamente, como este bulo del Mediterráneo caliente y la DANA de otoño se repite todos los veranos, por estadística alguna vez tendrá que pasar, recordando a lo que sucede con las cabañuelas, el horóscopo meteorológico. Pero estos episodios de lluvias torrenciales no se pueden anticipar hasta pocas horas o jornadas antes.
Las consecuencias reales a corto plazo
En cambio, esta temperatura tan elevada en el Mediterráneo sí que tiene algunos impactos inmediatos y que ya empezamos a sufrir. Por ejemplo, provoca un aumento de noches tropicales, especialmente en áreas litorales, y aumenta la sensación de bochorno debido a la altísima humedad relativa. También las brisas suelen perder intensidad y eficiencia, debido al menor gradiente entre las temperaturas del continente y el mar por estas fechas.
Y como ya vimos el año pasado, las consecuencias son graves en la flora y fauna autóctonas. Con estas olas de calor marinas, en las que las temperaturas del mar suelen estar de 2,5 a 5 ºC por encima de la media climática, se pueden producir episodios importantes de mortandad de diversas especies, que además no tienen tiempo de adaptarse a estos cambios que van tan rápidos, viéndose desplazadas por otras alóctonas o invasoras, lo que supone un problema ambiental muy grave.