Un 'Jumbo' lucha contra los incendios en EEUU
Los medios aéreos que se emplean para sofocar los incendios tienen un rey: el 747 Supertanker. El que fue el avión de pasajeros más grande del mundo, ahora lucha contra las llamas.
Los incendios que están afectando estos últimos días al estado de California en Estados Unidos están dando la vuelta al mundo. Agencias de noticias como Reuters mandan a diario decenas de vídeos en los que se ven las llamas arrasando hectáreas, acercándose de forma peligrosa a urbanizaciones y gente huyendo de sus casas. Incendios que son tan grandes que se les pone nombre.
De entre todas las imágenes que se están emitiendo en todo el mundo, hay unas que llaman mucho la atención: aviones y helicópteros descargando agua con retardante rojo. Pero no solo el color del líquido nos sorprende. Los aviones cisterna son grandes, muy grandes, y no tienen nada que ver con los que tenemos en España. Los nuestros son más pequeños y tienen hélices.
La Reina de los Cielos
En el año 1969 entró en servicio el que durante muchos años fue el avión de pasajeros más grande del mundo antes de la llegada del Airbus A380: el Boeing 747. También apodado como Jumbo o la Reina de los Cielos, fue el buque insignia de las compañías de todo el mundo que lo usaban para sus trayectos más largos. Es fácilmente reconocible por su morro de dos plantas. A día de hoy se sigue usando este modelo. En España se puede ver en Madrid gracias a la compañía Wamos, en Barcelona de vez en cuando con la rusa Rossiya y en Zaragoza varios cargueros de distintas compañías aún lo utilizan.
Desde 2009 en Estados Unidos se usa este modelo para la extinción de incendios. El que podemos ver actualmente en las imágenes que nos llegan de California es la versión más moderna, el 747-400 Supertanker, que sigue siendo el aparato más grande del mundo para apagar incendios. Tiene una capacidad de 74.000 litros y una velocidad máxima entorno los 970 km/h, lo que le permite llegar a incendios lejanos en un corto periodo de tiempo. Solo hay una unidad en todo el mundo.
A pesar de la gran cantidad de líquido que puede llevar, su rapidez y su espectacularidad, no todo son ventajas. Al ser un avión tan grande, tiene poca maniobrabilidad y las operaciones de carga de agua se hacen más largas. Y lo que realmente presenta un freno es su precio. Se estima que cada día en uso cuesta alrededor de 250.000 dólares.
Este modelo no es el único que se usa para la extinción de incendios en Estados Unidos. Otros modelos de pasajeros adaptados, como el Boeing 737 o el DC-10, podemos verlos estos días en las noticias. Y a modo de curiosidad, a veces se observan pequeñas avionetas que preceden a estos grandes aviones. Su objetivo es guiarlos hacia la zona a la que tienen que acudir y hacer la descarga.
El líquido que arroja este avión es una mezcla de agua y retardante. El retardante tiene color rojo debido al óxido de hierro, pero también existe el incoloro. ¿Por qué se usa entonces el de color? Porque una vez se ha hecho la descarga desde el aire, los pilotos pueden ver qué partes del suelo ya han rociado antes con este producto y así no descargar de nuevo en la misma zona.
¿Por qué no tenemos este avión en España?
En nuestro país usamos aviones más pequeños para la extinción de incendios. Eso no quiere decir que sean menos efectivos. Tienen muchísimas ventajas. Los dos modelos de avión que se usan son el CL-215T y el Bombardier 415. Ambos, de hélices. Tienen una carga de entre 5.000 y 6.000 litros y una velocidad máxima de 333 km/h.
A pesar de ser más pequeños que el jumbo estadounidense, su uso tiene muchos aspectos positivos. Por un lado, tienen una maniobrabilidad muy grande. Pueden acercarse más a las llamas y operar entre montañas. Eso les facilita una carga más rápida si hay un río o un embalse cerca. Y no podemos olvidar que el precio de mantenimiento es mucho menor que el anterior.
A fecha de hoy en España contamos con 18 aviones anfibios, como se denominan estas aeronaves, aunque por temas de mantenimiento y revisiones, son 13 los activos, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los reconoceremos por su color amarillo y no es raro verlos operar en países vecinos en caso de necesidad, como por ejemplo, en Portugal.