El Instituto de Salud Carlos III alerta: las muertes por calor se han disparado en España, las provincias más castigadas

En lo que va de mes, 1336 personas han fallecido en España a consecuencia de las altas temperaturas. En algunas provincias las olas de calor han sido especialmente mortíferas, cebándose con la población más vulnerable.

Las muertes por calor se han convertido en una preocupación de salud pública.

En un contexto de cambio climático y de olas de calor cada vez más intensas y frecuentes, las muertes por calor se han convertido en un problema grave y creciente que merece la atención de las autoridades públicas y también de la sociedad.

Así se desprende de los alarmantes datos que ofrece el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III. Solo en lo que va de agosto, en España se han registrado 1336 muertes atribuibles a las altas temperaturas.

Se trata de un incremento del 47% respecto a las que se produjeron el mismo mes de 2023 (906), y de un 42% más de las que se consignaron en julio de este año (771). Desde que comenzó este 2024, suman 2.164.

En el ranking europeo, España ocupa la cuarta plaza de defunciones atribuibles al calor por cada millón de habitantes (175), solo por detrás de Grecia (393), Bulgaria (229) e Italia (209).

Las personas mayores, principales víctimas

Si hay un colectivo particularmente vulnerable a los estragos del calor en el organismo, ese es el de personas mayores. Factores como la disminución de la capacidad de regular la temperatura corporal, la presencia de enfermedades crónicas o la deshidratación, hacen que las muertes por calor se ceben en los mayores de 85 años.

De hecho, más del 70% de las muertes registradas en agosto (952), corresponden a personas por encima de esa edad. El siguiente tramo más afectado, con 202 defunciones, es el comprendido entre los 75 y los 84 años.

La soledad y el aislamiento social, o la dificultar en el acceso adecuado a métodos de enfriamiento, agrava ese riesgo. Por eso, resulta crucial que se implementen medidas preventivas y de concienciación para proteger a este grupo demográfico en situaciones de calor extremo.

Muertes por provincias

Según datos de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), por provincias, la que más muertes por calor ha registrado en lo que llevamos de agosto es Madrid, con 370. Le siguen Barcelona, con 277, Valencia, con 212, Alicante, con 176, y Sevilla, con 102.

Por el contrario, Soria (6), Guadalajara (12), Álava (14), La Rioja (15), Cuenca (18) o Zamora (18), son las provincias españolas donde menos fallecimientos se han reportado por esta causa.

Llaman la atención el número de decesos producidos en el tercio norte peninsular, cuyo clima suele ser más suave.

Sin embargo, las olas de calor sufridas este mes en estas zonas -donde se han llegado a acumular hasta cinco días de temperaturas extremas- han sido especialmente virulentas, como reflejan las 83 muertes en Bizkaia, las 75 en A Coruña, o las 69 en Asturias.

Diferentes umbrales de peligro en una misma provincia

No son lo mismo 36 grados en Murcia que en Cantabria. Por eso, el Ministerio de Sanidad dispone hasta 182 mapas distintos, uno para cada una de las denominadas zonas de meteosalud.

Para su elaboración, además de la previsión de la duración de las olas de calor a partir de los pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se tienen en cuenta las temperaturas a partir de las que se dispara la mortalidad de forma estadísticamente significativa en un área concreta.

Por ejemplo, el umbral en la zona sur de Lugo se sitúa en los 37,1 grados, mientras que en la zona de A Mariña, influida por el mar Cantábrico, es de 25,5 grados.

Y es que, dentro de una misma provincia, pueden existir diferencias de más de 11 grados Celsius en la temperatura a partir de la cual se incrementan el número de fallecimientos.

La adaptación social al calor ha evitado un 80% más de muertes

A pesar de las cifras, investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) consideran que la vulnerabilidad a las altas temperaturas en España ha disminuido progresivamente durante el presente siglo, lo que habría evitado un 80 por ciento más de muertes por esta causa.

Un estudio de esta organización publicado en Nature Medicine, concluye que la adaptación social a las altas temperaturas durante el presente siglo, ha logrado reducir drásticamente la carga de mortalidad relacionada con el calor de los veranos recientes.

También han surgido diversos bulos este verano relacionado con los umbrales de los avisos por altas temperaturas, algunos de los cuáles han llegado a medios de comunicación.

Esta adaptación estaría relacionada con el progreso económico en general, las mejoras en los comportamientos individuales y las campañas de salud pública impulsadas desde las administraciones.

Referencia de la noticia

Joan Ballester, Marcos Quijal-Zamorano, Raúl Fernando Méndez Turrubiates, Ferran Pegenaute, Xavier Basagaña, Cathryn Tonne, Josep M. Antó, Hicham Achebak. Heat-related mortality in Europe during the summer of 2022. Nature Medicine, 2023. 10.1038/s41591-023-02419-z