El ingenioso invento con miles de años de antigüedad para llevar agua a los desiertos más inhóspitos

Es el sistema de captación y distribución de agua más antiguo que se conoce. Aunque se originó en el Imperio Persa, su influencia se extendió a gran parte del mundo, incluido España, donde estas históricas estructuras se resisten a desaparecer.

Qanat en el desierto del Sáhara.

Alrededor de 2000 millones de personas en todo el planeta, más de un 24% de la población mundial, no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura.

Hay regiones donde, fundamentalmente mujeres y niñas, se ven obligadas a andar kilómetros para encontrar agua, muchas veces contaminada. De hecho, cerca de un millón de personas fallecen cada año a causa de enfermedades diarreicas contraídas como resultado de la insalubridad del agua.

La escasez de este bien imprescindible es endémica en las regiones más áridas del mundo. Sin embargo, hace 2500 años, en el imperio Persa (lo que hoy conocemos como Irán), se ideó un sistema subterráneo de canales para captar y transportar agua desde acuíferos hasta zonas de cultivo y asentamientos humanos.

Aunque su origen exacto es difícil de precisar, la presencia de este ingenio a lo largo de Oriente Medio, África del Norte, algunas zonas de Asia Central e incluso el sur de Europa es un verdadero legado en la historia de la gestión del agua.

Tecnología ancestral para la gestión hídrica

Se cree que fue en la meseta iraní, alrededor del siglo VI a.C., cuando se originó el "qanat", que proviene del persa y significa "conducto". El espíritu conquistador de este imperio, ligado al intercambio cultural, hizo que se expandiera fundamentalmente por Egipto y el Magreb.

En España se introdujo durante la ocupación musulmana, donde los qanats adoptaron el nombre de "acequias", un ingenio hidráulico que aun forma parte de las técnicas de riego actuales en algunas partes del país como Andalucía, Comunidad Valenciana o la Región de Murcia.

El sistema se basa en un pozo madre que llega hasta la capa freática o acuífero subterráneo. A continuación, se excava un túnel de pendiente muy suave hacia la superficie, lo que hace que el agua fluya por gravedad y de manera constante sin necesidad de bombas ni tecnologías que dependen de la energía.

Canal de irrigación, heredero de los antiguos qanats.

A lo largo de ese túnel también se construyen pozos verticales que facilitan las labores de excavación, desescombro y salida de los vapores del subsuelo, y después hacen posible la ventilación y su mantenimiento.

Un sistema sostenible y garante de las reservas de agua

Desde el punto de vista ambiental, los qanats representan una forma sostenible de gestionar el agua en regiones áridas. A diferencia de otros métodos de extracción de agua, los qanats no agotan el acuífero, ya que solo extraen el agua que fluye naturalmente.

Esto permite una explotación controlada y a largo plazo de los recursos hídricos subterráneos. Además, protege el agua del sol, minimizando la evaporación en climas extremadamente secos y sometidos a altas temperaturas.

Por ello, su mantenimiento regular es esencial, para impedir que los túneles colapsen o se obstruyan con la acumulación de sedimentos.

Impacto cultural y económico

El impacto de los qanats va más allá de las cuestiones técnicas. En muchas comunidades, especialmente en Irán, los qanats no solo eran esenciales para la supervivencia, sino que también forman parte de su identidad cultural.

Allí, siguen funcionando unos 37000. El más largo de ellos es el zarch qanat, construido hace 1500 años, tiene 80 kilómetros de longitud y un pozo vertical que alcanza los 300 metros de profundidad.

Acequia en un huerto de naranjos.

Otro de los aspectos ligados a este tipo de estructuras es complejo sistema de normas de gestión del agua que regulan su uso y distribución, la resolución de posibles conflictos y por las que se comparten los costos de mantenimiento.

En España, los qanats están íntimamente relacionados con el surgimiento de las comunidades de regantes, que mantienen y gestionan colectivamente estos sistemas de riego, promoviendo la cohesión del tejido social en las áreas rurales.

La necesidad de preservar este legado

Hoy en día, la modernización, la urbanización y la sobreexplotación de los acuíferos han afectado el mantenimiento y funcionamiento de muchos de estos sistemas.

Así, modernos sistemas de irrigación, como el riego por goteo, están reemplazando a los qanats, lo que conlleva la pérdida de esta tecnología tradicional a pesar de su valor histórico, cultural y ecológico.

Por eso, en España, hay movimientos asociativos dedicados a reparar y mantener estos antiguos canales de riego, no ya para satisfacer las necesidades agrícolas, sino para crear un hábitat propicio para la vida silvestre, fomentando la biodiversidad y el equilibrio ecológico.