Fiona zarandeará al chorro polar en los próximos días, las consecuencias
La irrupción de este gran huracán en la circulación de latitudes medias y su proceso de extratropicalización tendrá consecuencias meteorológicas importantes en Europa aún estando muy lejos del continente. ¿Cómo es posible? Te lo contamos aquí.
¿Puede un huracán como Fiona condicionar la situación meteorológica de la Península Ibérica sin siquiera tocarla? Lo cierto es que sí, como cualquier gran sistema meteorológico que irrumpa violentamente en el chorro polar y deforme la circulación de latitudes medias. Pero antes, este huracán tendrá que pasar por diversas etapas de su ciclo de vida.
Fiona ya es un "major" o gran huracán
Desde hace unas horas y tras haber causado graves daños en Puerto Rico y República Dominicana, Fiona se ha convertido en un "major hurricane" que es como el Centro Nacional de Huracanes denomina a aquellos huracanes que alcanzan categoría 3 o superior.
Sus vientos superan los 180 km/h y las previsiones indican que seguirán aumentando hasta alcanzar o superar los 220 km/h, lo que le convertiría en un categoría 4. Afortunadamente se dirige a aguas abiertas del Atlántico Norte, por lo que de momento no será una amenaza directa para la población, si bien podría llegar a afectar a las Bermudas los próximos días.
Tras alcanzar esta intensidad, Fiona seguirá desplazándose hacia el norte e iniciará su extratropicalización, es decir, su transformación en una borrasca de latitudes medias. Sin embargo, este proceso será especialmente violento en el caso de Fiona: no perderá apenas intensidad, manteniendo vientos con fuerza de huracán en un área considerablemente grande.
Esto deberá tenerse en cuenta especialmente en la Península del Labrador, donde el oleaje y los vientos podrían ser muy significativos durante el fin de semana. Ya no será un huracán, pero sus efectos en tierra serán similares y probablemente más extensos.
Una incorporación violenta al chorro polar
La extratropicalización se producirá en cuanto Fiona ingrese en el chorro polar y pase a tener una fuerte inestabilidad baróclina, es decir, una región en la que las condiciones de temperatura en todos los niveles varían notablemente en el plano horizontal.
Es necesaria para el desarrollo de las borrascas de latitudes medias pero muy desfavorable para los ciclones tropicales, y su ingreso en esta zona será especialmente rápido, lo que obligará a este sistema a efectuar una transición muy brusca.
Este proceso generará una onda en el chorro polar que se propagará hacia el este, facilitando la aparición de un anticiclón muy robusto sobre el Atlántico Central, pero haciendo descender una gran vaguada planetaria sobre Europa.
Esta vaguada afectará prácticamente a todo el continente la semana que viene y se descolgará hasta la Península Ibérica, donde cabe esperar un periodo inestable en el que probablemente se desarrollen tormentas de entidad y además se produzca un descenso térmico con respecto a días anteriores. Dado que hablamos de plazos medios, existe mucha incertidumbre en el pronóstico y por tanto hay varios escenarios previstos.
Una DANA podría aislarse a finales de semana en el entorno de la Península
Uno de ellos contempla el aislamiento de una DANA en las inmediaciones de la Península, es quizá uno de los escenarios que más llama la atención, ya que traería como consecuencia el desarrollo de fuertes tormentas en su flanco oriental, afectando a zonas del interior y mitad oriental.
Pero tampoco puede descartarse que esa depresión en niveles altos pueda gestarse hacia el este, afectando únicamente al Mediterráneo o incluso que no se forme esa depresión y la vaguada entera se descuelgue al este de la Península, induciendo una descarga de aire frío en todo el oeste de Europa y a un notable descenso térmico en la Península pero con menos precipitaciones.
Estos escenarios se irán reforzando o descartando a medida que avance esta semana, por lo que habrá que seguirlos de cerca.