El Gran Cañón de Sevilla: la ruta otoñal perfecta que muy pocos conocen
Este impresionante paraje en la sierra sevillana es una joya escondida ideal para descubrir en otoño. Te contamos más cosas sobre este lugar perfecto para senderistas amantes de la naturaleza y la tranquilidad.
El Cerro del Hierro se trata de un enclave que incluye una pequeña población, un cerro y un monumento natural, ubicado en el norte de la provincia de Sevilla, a solo 5 kilómetros al sur de San Nicolás del Puerto, en dirección a Constantina.
Este lugar, que forma parte del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, destaca por su historia minera, impulsada por la abundancia de hierro en la zona. La explotación minera de este recurso comenzó en la época romana y se mantuvo activa hasta mediados del siglo XX.
Un paisaje sorprendente ideal para visitar en los meses otoñales
La provincia de Sevilla es conocida por su clima cálido y su rico patrimonio cultural, pero pocos saben que, escondido en sus sierras, se encuentra un paraje espectacular: el Gran Cañón de Sevilla, que nos ofrece diversas rutas sencillas para disfrutar en familia.
Un enclave kárstico compuesto por roca caliza con abundante mineral de hierro, que fue explotado como mina desde tiempos anteriores a los romanos hasta mediados del siglo XX.
En 2003, este paraje fue declarado Monumento Natural debido a su gran valor geológico y paisajístico. El antiguo asentamiento minero sigue existiendo como una pequeña aldea con pocos habitantes, dependiente administrativamente de San Nicolás del Puerto.
Esta ruta de senderismo, situada en la Sierra Norte, es ideal para disfrutar en otoño, cuando la vegetación se tiñe de colores cálidos y la temperatura es perfecta para explorar a pie.
Una gran variedad de especies vegetales
En este singular espacio natural, además de sus peculiares formaciones geológicas, también se pueden encontrar especies vegetales y animales singulares, inmersas en un entorno de bosque mediterráneo.
Predominan los alcornoques, acompañados de árboles como el quejigo y el roble melojo. La vegetación se desarrolla entre las formaciones calizas y en las zonas más sombrías, como callejones y pozos. Entre las especies que crecen aquí sobresalen varios tipos de helechos, como el culantrillo de pozo, el helecho macho y la lengua de ciervo, algunos de los cuales están en peligro de extinción.
Este hábitat es ideal para el crecimiento de especies rupícola, y también se pueden observar muchas plantas aromáticas como el tomillo salsero, cantueso y manzanilla amarga, junto a arbustos como el madroño, lentisco, durillo y diversas plantas trepadoras.