El cultivo de regadío en entredicho por la sequía: ¿plantamos por encima de nuestras posibilidades?
Sequía mundial, incremento exponencial de la población y limitación de recursos... Los cultivos alcanzan situaciones extremas, agravadas, además, por aspectos políticos. ¿Hay alguna solución a este problema?
La sequía ha puesto en jaque infinidad de cultivos, una tendencia que venimos observando desde hace varios años atrás. Sin embargo, la situación se agrava día tras día. El problema del agua se extiende mucho más allá del propio cultivo, ya que es un aspecto que engloba más agentes y factores, pues estamos hablando de uno de los mayores y más importantes recursos existentes en nuestro planeta, y su escasez provoca enormes enfrentamientos, disputas, e incluso derivaciones bélicas.
¿Estamos cultivando por encima de nuestras posibilidades?
Ante esta cuestión, que seguro todos nos hemos preguntado, la respuesta es un sí con ciertos matices. En nuestro país la agricultura supone una cifra baja de PIB con respecto a otros sectores, como por ejemplo el turístico, que representa un porcentaje económico de mayor importancia. Sin embargo, el sector primario es primordial, pues todos dependemos de él, y en cuanto sufre situaciones complicadas, su repercusión es inmediata e intensa.
La agricultura en España ha evolucionado hacia sistemas intensivos, los cuales, de forma general, y salvo excepciones, requieren de mayor aporte hídrico.
En cierto modo, esta transformación tiene sentido si nos centramos única y exclusivamente en la necesidad de producir más alimentos para una población creciente, así como en el sentido del rendimiento y reducción de la mano de obra.
En los últimos días, hemos podido comprobar la situación a la que han tenido que hacer frente muchos agricultores del sur de España, debido fundamentalmente al boicot al que han sido expuestos por parte de agentes de otros países, y todo, provocado por el tema en cuestión, como es el agua, es este un claro ejemplo, del tamaño en importancia de un recurso tan demandado y escaso.
¿Existe alguna solución?
La solución pasa por el equilibrio. La agricultura no puede luchar contra todo, ni puede superar la fuerza de la propia naturaleza, y en ese proceso equilibrista, es el agricultor, y cada vez más los profesionales, como son los ingenieros agrónomos, de montes ó biólogos los que deben de guiar los cultivos, adaptándose a la sostenibilidad, rentabilidad, equilibrio, y el reto más importante, la cantidad, pues el mundo crece y ha de ser alimentado.
Al mismo tiempo, no se puede ni se debe olvidar el medio que nos rodea, cuidar nuestros suelos, nuestras aguas, nuestra fauna, flora y también, nuestra propia salud es un deber heredado, y que debemos de preservar y transmitir a las nuevas generaciones.