El lunes se lanzó desde el centro Espacial Kennedy, en Florida (EEUU), la misión ASIM, cuya nomenclatura atiende al Monitor de Interacciones Atmósfera-Espacio que ya está instalado en la Estación Espacial Internacional. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) forma parte del elenco de instituciones e investigadores que tratarán de dar explicación a los Eventos Luminosos Transitorios . Los conocidos TLEs por sus siglas en inglés. Estos fenómenos están relacionados directamente con los rayos de las tormentas severas. Conocemos los rayos que cruzan las nubes y los que caen a tierra, pero también se han observado otras luces, descargas eléctricas, que circulan hacia el espacio. De estos haces de luz hay unos cuantos: espectros, elfos y chorros azules . Desde que pasaron a estar científicamente constatados, y de esto ya han pasado unas décadas, se desconocen sus causas y los efectos que tienen en el circuito eléctrico global del planeta.
La misión ASIM, que tiene una duración de dos años ampliable a al menos cuatro años más, cuenta con cámaras y sensores que rastrearán las capas atmosféricas superiores a las tormentas. Desde el espacio, registrará estos fenómenos eléctricos que pueden influir en la protección de nuestra atmósfera de la radiación espacial o la química atmosférica. Esta investigación es la primera que zarpa específicamente para estudiarlos.
Módulo Columbus de la Estación Espacial Internacional. Fuente: ESA. “La detección, hace tres décadas, de intensos destellos en la mesosfera, una región de la atmósfera situada a partir de los 50 kilómetros por encima del suelo, supuso una sorpresa porque se creía que ésta carecía de actividad”, ha declarado el investigador del CSIC Francisco Gordillo, según la nota de prensa publicada por la Agencia Estatal.
¿Cómo son los espectros, elfos y chorros azules? Las primeras referencias a estos fenómenos luminosos datan de finales del siglo XIX, cuando varios observadores, en sus publicaciones pseudo científicas, notificaron la existencia de resplandores inexplicables que coronaban las tormentas. Estos rayos, antes conocidos como nube-espacio o nube-ionosfera, no han tenido buena prensa hasta hace bien poco.
El 6 de junio de 1989 el profesor Winckler, y su grupo de la Universidad de Minnesota, estaban probando un sistema de cámara de vídeo CDD de alta sensibilidad cuando, por accidente, vieron las señales de lo que hoy denominamos espectros o sprites . Son fenómenos de color rojo, aunque en su porción más baja aparecen filamentos azulados que siempre van en grupo de dos, tres o más descargas luminosas. Apenas duran unos milisegundos.
A finales del año 1999 la NASA, investigando los sprites, avistó los primeros elves o elfos en la alta atmósfera. Unas estructuras con forma de rosquilla de varios cientos de kilómetros de ancho. Los elfos son eminentemente de color rojo, al igual que los sprites, y tienen una duración inferior a los 500 microsegundos.
Los Blue Jets o chorros azules se descubrieron un poco antes, en 1994, de la mano de Davis Sentman de la Universidad de Alaska. Los Blue Jets tienen forma cónica y se proyectan desde la zona alta de los cumulonimbos hasta alcanzar unos 40 kilómetros por encima de la superficie terrestre.