El coral más grande del mundo: se puede ver desde el espacio y ha sido descubierto por un español

Este impresionante megacoral es una verdadera biblioteca viva que alberga información sobre las condiciones oceánicas a lo largo de los últimos ocho siglos, según su descubridor, un explorador madrileño afincado en Formentera.

El coral más grande del mundo pertenece a la especie Pavona clavus.

Parece improbable que en pleno siglo XXI, y con todos los avanzados recursos técnicos y científicos al servicio de la humanidad, aún queden maravillas por descubrir en el planeta.

Sin embargo, ha sucedido. Un organismo único y enorme de más de ocho siglos de antigüedad y que, hasta ahora, había permanecido oculto a los ojos del ser humano, ha sido descubierto por un explorador español.

Se encuentra en uno de los mayores tesoros de la Tierra en cuanto a biodiversidad marina, y está formado por millones de individuos llamados zooides que constituyen un cuerpo con organización colonial: un coral. Y es el más grande del mundo, visible incluso desde el aire.

Así es el mayor coral del planeta

El descubrimiento es mérito de Manu San Félix y se ha producido durante su participación en el proyecto Pristine Seas de la sociedad National Geographic, que ha desplazado a una veintena de científicos y camarógrafos a las Islas Salomón, en el Pacífico Sur, para estudiar el fondo marino y promover la sostenibilidad.

El coral, de la especie Pavona clavus, mide aproximadamente 34 metros de ancho, 32 metros de largo -la misma altura que la catedral de Notre Dame- y 5,5 de alto.

Sus dimensiones permiten que se pueda ver desde el espacio. Y han conseguido desbancar al que, hasta ahora, se consideraba el mayor coral del mundo, conocido como Big Momma, que se localiza en la Samoa Americana y mide unos 22 metros de diámetro.

El descubierto por San Félix está compuesto por casi mil millones de pequeños pólipos y ha sido descrito por su descubridor como de color marrón con destellos amarillos, azules y rojos brillantes.

El blanqueamiento del coral indica que está muerto o a punto de morir debido a los cambios en el ambiente.

Además, y aunque los arrecifes cercanos sufren una importante degradación por el cambio climático y la actividad humana, este se encuentra en buen estado de salud, no presenta muestras de blanqueamiento y muestra un alto potencial reproductivo, lo que lo convierte en un recurso esencial para la regeneración de los corales vecinos.

Precisamente, descubrir qué le ha hecho tan resistente es ahora uno de los objetivos de los investigadores del proyecto Pristine Seas.

¿Quién es Manu San Félix?

Manu San Félix (Madrid, 1964) es un destacado biólogo marino, explorador y camarógrafo submarino de National Geographic, conocido por su labor de conservación de los océanos y, especialmente, del mar Mediterráneo, por lo que ha sido apodado como el Jacques Costeau español.

Afincado desde 1981 en Formentera, en las Islas Baleares, creó la Asociación Vellmarí, que promueve proyectos de conservación marina a través de la innovación, la educación y sensibilización.

Especial mención merece su trabajo en la protección de hábitats marinos como la posidonia, una planta acuática esencial para la salud de los ecosistemas marinos.

Su participación en el programa Pristine Seas de National Geographic, mediante el que se persigue preservar los ecosistemas más primitivos del planeta y en el que colaboran pueblos indígenas y científicos marinos locales de todo el mundo, es esencial.

Un descubrimiento fruto del azar

El descubrimiento se produjo al azar el pasado 26 de octubre, mientras el biólogo buceaba a pleno pulmón junto a su hijo, Íñigo San Juan, también miembro de la misión científica. De repente, algo le llamó la atención y descendió a unos 13 metros de profundidad. Allí encontró el megacoral.

En un primer momento, ambos se mostraron sorprendidos por sus extraordinarias dimensiones, pero no fue hasta el día siguiente cuando las mediciones confirmaron que se trata del más grande del mundo.

Manu San Félix ha explicado que su hallazgo es una "biblioteca viva" que conserva información sobre las condiciones oceánicas a lo largo de siglos.

Y es que corales como el de la Islas Salomón, no solo ponen de relieve la riqueza biológica de los océanos, sino también los desafíos que enfrentan, el principal, los efectos del calentamiento global. De ahí la importancia de establecer áreas marinas protegidas.