El controvertido fenómeno de La Niña 2024-2025 permanece fuera de los registros oficiales de la NOAA
Aunque la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) declaró tardíamente la consolidación de La Niña a principios de este año, el evento permanece fuera del registro histórico.

El 9 de enero de 2025, casi un año después de que los primeros pronósticos de la NOAA indicaran el desarrollo inminente de un fenómeno de La Niña, la agencia finalmente declaró que las condiciones estaban presentes.
De confirmarse, éste sería el último fenómeno de La Niña registrado. Sin embargo, el fenómeno no fue incluido en los registros históricos de la NOAA , ya que no se mantuvieron las condiciones de enfriamiento. Esta exclusión plantea interrogantes sobre los criterios utilizados para la clasificación oficial y la transparencia de los datos publicados por la agencia.
La Niña 2024/2025 fuera de los registros históricos
La declaración oficial de la NOAA sobre la presencia de La Niña se basó en el hecho de que la anomalía de la temperatura superficial del mar (TSM) alcanzó -0,5 °C en diciembre de 2024 –uno de los criterios esenciales para caracterizar el fenómeno– y en la expectativa de que las condiciones se mantendrían durante los próximos meses.
Sin embargo, este evento no fue incluido en el registro histórico (CPC/NOAA), como se resalta en la imagen a continuación. Se puede observar que, desde abril de 2024, el ENSO ha sido neutral, indicado por el color gris. El Índice de Niño Oceánico (ONI) no alcanza el umbral requerido de -0,5 °C durante el tiempo necesario de cinco trimestres superpuestos, observándose sólo en los períodos noviembre-diciembre-enero y diciembre-enero-febrero.

Los expertos cuestionan esta omisión, argumentando que si la NOAA reconociera oficialmente a La Niña, el evento debería figurar en los registros.
La ausencia del evento plantea interrogantes sobre posibles inconsistencias en los procesos internos de seguimiento y difusión de la información, o incluso un tipo de presión política para evitar que las predicciones realizadas a lo largo de 2024 sean consideradas erróneas.
Condiciones actuales en el Océano Pacífico
A pesar de la reciente tendencia al calentamiento en las aguas del Pacífico Ecuatorial, el boletín semanal publicado el 31 de marzo de 2025 por la NOAA aún mantiene la alerta de La Niña, contradiciendo sus propios datos, que indican neutralidad. Esto crea aún más confusión entre los expertos y meteorólogos que rastrean los patrones climáticos globales.

Mientras tanto, la Oficina Australiana de Meteorología (BOM) adoptó una postura diferente. La agencia australiana no declaró La Niña durante este período y mantuvo una advertencia de neutralidad hasta ahora. Esta discrepancia entre instituciones meteorológicas plantea interrogantes sobre las diferentes metodologías utilizadas para clasificar estos eventos.
¿Qué esperar en los próximos meses?
Las previsiones indican que el Pacífico se mantendrá neutral en los próximos meses. Según el boletín de la NOAA, existe un 75 % de probabilidad de neutralidad entre febrero y abril de 2025, con tendencia a permanecer hasta el verano boreal. Para el período entre octubre y diciembre de 2025, los modelos indican probabilidades equilibradas (42 %) de mantener la neutralidad o “regreso” de La Niña.

Sin embargo, la fiabilidad de estas predicciones varía según los modelos utilizados. Los modelos estadísticos se basan en registros históricos y tendencias pasadas, mientras que los modelos dinámicos tienen en cuenta la dinámica atmosférica y oceánica en tiempo real.
Ambos tienen sus fortalezas y limitaciones, particularmente para La Niña, lo que hace que el monitoreo continuo sea esencial para predecir correctamente las condiciones futuras.
Despidos masivos afectan a la NOAA
La incertidumbre en los registros y boletines meteorológicos de la NOAA puede estar relacionada con los recientes despidos masivos llevados a cabo por la administración Trump. Desde febrero, cientos de empleados de la NOAA han sido suspendidos, lo que compromete significativamente las capacidades operativas de la agencia.
Además de los impactos en la calidad y consistencia de los datos meteorológicos y climáticos, estos despidos también representan una amenaza a la seguridad nacional, ya que la NOAA es responsable de monitorear eventos extremos como huracanes, tormentas, tornados y olas de calor.

Además, la reducción de personal podría afectar directamente la disponibilidad de productos meteorológicos esenciales para varios países que dependen de esta información para planificar y prevenir desastres naturales.
La situación plantea preocupaciones sobre el futuro de las previsiones y la credibilidad de los informes de la NOAA, lo que refuerza la necesidad de una gestión más transparente y eficiente en el ámbito meteorológico mundial.