Y ahora, ¿quién está poniendo nombres a nuestras borrascas?
A partir de ahora las borrascas profundas que nos afecten serán bautizadas. ¿A qué se debe esta iniciativa? ¿Qué nombres se utilizarán? A continuación te contamos la iniciativa y los efectos de Ana.
Debido a una iniciativa de la Agencia Estatal de Meteorología junto a las agencias meteorológicas de Francia y Portugal, a partir de ahora se les pondrá nombre a todas las borrascas profundas que pasen por nuestra zona. Varios estudios han demostrado que de este modo la población está más concienciada ante los fenómenos meteorológicos adversos que llevan asociadas las borrascas.
Según la Agencia Estatal de Meteorología, es una idea que surge de la experiencia de Reino Unido e Irlanda. Ambos países nombran a las borrascas desde 2015, realizando posteriormente encuestas a la población que constatan que los ciudadanos hacen más caso a las recomendaciones de seguridad si estas están identificadas de alguna manera.
En el año 1954 Alemania fue el primer país que, a través de la Universidad Libre de Berlín, comenzó a poner nombre a todos los anticiclones y borrascas. La principal diferencia con el actual proyecto iniciado es que aquí sólo se nombrarán a las depresiones más profundas, es decir, las que pueden causar daños personales y materiales. En el caso de nuestro país, se considera que una borrasca es potente o fuerte cuando, además de producir intensas precipitaciones, se alcanzan rachas de viento de unos 100 km/h o superiores.
Este método, que comenzó a llevarse a cabo el pasado 1 de Diciembre, utilizará cada letra del abecedario para poner un nombre, siendo el primero de ellos Ana, la borrasca que nos acaba de afectar estos días pasados. Seguidamente, y en este orden, será el turno de Bruno, Carmen, David, Emma, Felix, Gisele, Hugo, Irene, Jose, Katia, Leo, Marina, Nuno, Olivia, Pierre, Rosa, Samuel, Telma, Vasco y Wiam. En cuanto a la letra Ñ, se ha decidido que no entre en esta selección de nombres debido a que sólo se utiliza en España, excluyéndose también los nombres con tilde para homogeneizar el proyecto en los tres países.
De momento, lo que ya podemos afirmar es que la primera borrasca bautizada en España, Ana, provocó durante los pasados días un sinfín de desperfectos y datos para recordar. Entre este amplio abanico de sucesos, tenemos desde la muerte de una persona en Portugal, la desaparición de un pescador en Mallorca y la cancelación de decenas de vuelos, hasta los más de 200 l/m2 alcanzados en algunos puntos de Galicia en 24 horas, las rachas de viento de hasta más de 150 km/h en numerosas zonas montañosas y del norte de España y las fuertes nevadas en áreas de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. Como vemos, la primera borrasca bautizada ha tenido un notorio protagonismo, ya veremos que nos deparan sus futuros sucesores y sucesoras.