¿Se podrán llenar las piscinas este verano tras las lluvias de los últimos días?
Las lluvias de los últimos días no han sido suficientes en algunos puntos de España, por eso ya hay algunas comunidades autónomas que han puesto o mantienen las restricciones en el llenado de piscinas.
La llegada del buen tiempo siempre trae consigo una imagen, la de una refrescante piscina. Y ahora que parece que las últimas lluvias han dado un respiro a la sequía, algunas comunidades autónomas de España ya han dado instrucciones sobre el posible llenado de las piscinas.
Aunque todavía estamos en plena estación primaveral, y muchos organismos y administradores no han tomado medidas al respecto, ciertos municipios y expertos ya han advertido sobre la posible restricción del llenado de piscinas privadas si la sequía persiste.
Son las comunidades más acuciadas por la falta de agua, Andalucía y Cataluña, las primeras que han anticipado las normas de llenado para este verano. Y, por lo que parece, son muchos los que en la época estival no podrán hacer uso de sus preciadas piscinas.
¿Se podrán llenar las piscinas en Cataluña?
Repartidas por toda Cataluña hay alrededor de 196.000 piscinas, siendo la mayoría ellas descubiertas, y desde luego la escasez de lluvias no les favorece en absoluto. Estos últimos episodios de precipitaciones no han traído acumulados notables a esta comunidad, con lo que no está previsto que cambie la hoja de ruta: todo apunta a que las restricciones seguirán en pie.
Una de las prohibiciones más destacadas es el llenado de piscinas de agua dulce, que está totalmente vetado. Sólo se permite llenar piscinas terapéuticas en hospitales, residencias o centros educativos especiales, o aquellas que se llenen con agua de mar, siempre que no estén conectadas a las redes de suministro. Es decir, deben llenarse a través de desalinizadoras privadas móviles.
El sector del camping, en particular, se ve gravemente afectado. La Federación Catalana de Campings ha llevado el decreto ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, argumentando que el llenado de piscinas representa sólo el 2% del uso del agua, y además proviene de recursos propios. El 98% de los campings federados tienen piscinas con menos de 100 metros cuadrados, y el 74% utiliza sistemas de reutilización de agua y/o depuradoras.
¿Qué va a pasar con las piscinas en Andalucía?
En la comunidad andaluza no se podrán llenar las piscinas privadas este verano, pero sí podrán hacerlo las piscinas públicas, de hoteles, de campings, deportivas y de uso terapéutico. Así lo ha decidido el Comité de Gestión de la Sequía, que prohíbe el llenado de las piscinas particulares y las de las comunidades de vecinos. Esta es la resolución vigente, aunque tendrá que ser revisada tras las lluvias generosas de marzo en algunas provincias.
Tampoco podrán llenar sus piscinas las viviendas turísticas. La delegada del Gobierno andaluz, Patricia Navarro, ha dejado muy claro que no se podrán usar si no cuentan con la consideración de complejos turísticos, como hoteles y apartahoteles.
Respecto al llenado con agua salada, si vierte a la red de saneamiento no está permitido, pero sí se autorizan las piscinas de agua salada con instalaciones homologadas. Se revisarán nuevamente estas restricciones en los próximos días, esperando más lluvias para reponer los embalses y superar el déficit de agua.
Llenar la piscina con agua de mar, ¿es bueno?
Llenar con agua de mar una piscina puede no ser la solución más acertada. Así lo han manifestado algunos profesionales del sector de las piscinas. Aseguran que el llenado con agua marina de manera inapropiada puede acarrear resultados "catastróficos", tanto para la estructura como para el entorno ambiental y el bolsillo de sus dueños.
La alta concentración de sales disueltas puede deteriorar los materiales, como escaleras y bombas de filtrado. Además, el agua requiere un tratamiento para mantener su salinidad.
Llenar una piscina con agua de mar también demanda ajustes en la instalación para evitar el vertido al alcantarillado. Los propietarios deben cambiar los filtros y asegurarse de contar con un clorador que soporte la salinidad, así como con materiales resistentes a la corrosión.