Día Mundial de los Océanos: todo lo que debes saber antes de tuitear

El Día Mundial de los Océanos se celebra todos los 8 de junio desde el año 2009. Su objetivo primordial es concienciar a la opinión pública sobre las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos y poner en marcha un movimiento mundial ciudadano en torno al objetivo de la gestión sostenible, ya que los mares son una fuente muy importante de alimentos y medicinas, además de una parte esencial de la biosfera.

Participa y no dejes pasar esta oportunidad de ayudar a los océanos, nuestro pequeño aporte cuenta y hará la diferencia para vivir en un lugar mejor para todos. Os animamos a difundir mensajes de solidaridad sobre esta campaña bajo estos hashtags: #DíaMundialdelosOcéanos y #Océanos. El lema escogido este año “El océano: vida y medio de subsistencia” es continuación de la campaña del año pasado “Innovación para un océano sostenible”, como parte de la Agenda para el 2030 sobre el desarrollo sostenible y la protección de la Biodiversidad.

La importancia de los océanos

Los mares y océanos cubren casi tres cuartas partes del planeta, son fuente de vida y sustento para la humanida, así como para todos los demás organismos terrestres. En ellos habitan una gran diversidad de ecosistemas marinos con miles de especies animales y vegetales, que a su vez son esenciales para que exista un equilibrio ecológico.

Representan el principal pulmón del planeta, son los responsables de generar gran parte del oxígeno y de absorber alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando el impacto del calentamiento global y, por tanto, del cambio climático. Además, el océano alberga la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas.

Y sin embargo, es diariamente atacado. El 90% de la población de grandes peces se encuentra mermada y el 50% de los arrecifes de coral han sido destruidos. Convertido en nuestro basurero, recibe unas 8 millones de toneladas de plástico al año. Todo esto hace que su contaminación provoque al año la muerte de cientos de miles de aves y de miles de mamíferos marinos. Estamos sacando mucho más de los océanos de lo que se puede reponer, por lo que su protección y conservación debería ser nuestra obligación.

¿Todavía no está suficientemente claro?

Los océanos son la principal fuente de vida de todo lo que existe en nuestro planeta. Las aguas costeras, esas que nos gusta disfrutar cuando vamos de vacaciones a la playa, se están deteriorando rápidamente por la acción humana, que provoca contaminación, con un aumento excesivo de nutrientes que a su vez conlleva un crecimiento descontrolado de algas, que terminan impidiendo el paso de la luz solar y evitando la fotosíntesis por debajo de esta capa y finalmente, la muerte a todos los seres vivos.

Millones de seres humanos dependen económicamente de la actividad relacionada con los océanos: pesca, turística y otras muchas, además de los miles de millones que viven en sus cercanías y que su salud está íntimamente ligada a la de los propios océanos.

Todas estas son algunas de las múltiples razones por las que debemos cuidar de los océanos, son nuestros pulmones, nuestras arterias y venas.

El cambio climático un peligro para nuestros océanos

Hay un tema en el que todavía no hemos ahondado, se trata del cambio que está sufriendo el clima de nuestro planeta por la actividad humana, con un aumento de las temperaturas medias, una variación de los regímenes de precipitación, un aumento de la desertización y una disminución de los polos; es el cambio climático.

Estos cambios bruscos en la misma dirección representan una seria amenaza para nuestro planeta y, por tanto, para la humanidad. Todos los estudios realizados indican el rápido incremento en el nivel del mar. Esto es debido, en gran parte, a que la velocidad del deshielo es superior al aumento de la temperatura atmosférica, porque cuanto más calor hace, más sensible es el casquete glaciar a dicho calentamiento, sobre todo porque el deshielo de su superficie cambia su color.

Por ejemplo, si Groenlandia perdiera toda su cubierta helada provocaría un ascenso aproximado del nivel del mar de unos 7 metros, todo esto sin contar el deshielo en las demás superficies glaciares del planeta. Esto llevaría a un descenso importante en la salinidad de los océanos, lo que a su vez traería un más que probable cambio en las corrientes marinas y, por tanto, un más que seguro aumento del cambio climático.

Para finalizar unas preguntas “al aire”: ¿Es o no es el momento de ayudar a nuestros océanos para ayudarnos todos?, pero ¿quién va a poner el “cascabel al gato”?, ¿de verdad vamos a modificar nuestro estilo de vida consumista?, ¿qué político se va a atrever con el intento de hacer una política colectiva menos agresiva con el medio ambiente a sabiendas que en cuatro años le puede costar su reelección? En fin, espero que reflexionemos y hagamos conciencia para resolver el problema, porque por encima del bien individual debería estar el bien colectivo.