Día Mundial de las Aves Migratorias, al son del tiempo
Este 11 de mayo se celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias. ¿Cuánto afecta la Meteorología a sus movimientos? Veámoslo a continuación.
El Día Mundial de las Aves Migratorias se celebra dos veces al año, el segundo sábado del mes de mayo, día 11, y de octubre, día 12, para concienciar a la población sobre la conservación de las aves migratorias y sus hábitats, sensibilizar sobre las amenazas a las que se enfrentan, su importancia ecológica y la necesidad de cooperar para conservarlas.
El lema de este año es “Protege las aves: Haz algo contra la contaminación por plásticos”. Hay un dato revelador que nos debería dar de pensar, ¡el 90% de las aves marinas del mundo tienen trozos de plástico en sus intestinos!
Os animo a difundir mensajes de solidaridad con esta campaña bajo estos hashtags: #WorldMigratoyBirdDay, #WMBD2019. Además de mostrar nuestro apoyo, quiero relacionar a las aves migratorias con la Meteorología.
Migración prenupcial y postnupcial
Según la RAE, “un ave migratoria es la que cada año hace un largo viaje, en primavera o en otoño, a partir del lugar donde nidifica, y retorna a este en el otoño o en la primavera siguiente”.
Las aves migratorias tienen unas zonas de cría en primavera o verano y otras de invernada durante los meses más fríos. A los movimientos que se producen entre estas áreas se les denomina movimientos migratorios. Los realizados al final del invierno o principio de la primavera se les conoce como migración prenupcial o primaveral, y los realizados al final del verano o principio del otoño como migración postnupcial u otoñal. Estos recorridos marcan una trayectoria que se llama ruta migratoria.
Algunas de estas carreteras pasan sobre o en las cercanías de la Península Ibérica, provienen de África y van al norte de Europa, constituyendo nuestro entorno el principal corredor migratorio de toda Europa occidental, pasando por el estrecho de Gibraltar, dos veces al año, cientos de miles de aves en su periplo migratorio.
El principal elemento que condiciona estos movimientos de las aves es el alimento. Por eso, cuando sienten que las condiciones meteorológicas empiezan o deberían ser más benignas para su mantenimiento inician el movimiento de sur a norte.
Si en febrero la cigüeña para, la nieve será rara
Al anunciarnos la llegada de la primavera, los humanos hemos recogido con más generosidad su llegada en el saber popular, donde nos encontramos muchas más referencias en los refranes que cuando toca su marcha porque se avecina el invierno.
Quizás uno de los refranes más conocidos en España es “Por San Blas (3 de febrero), la cigüeña verás”, indicando que esta ave, con su llegada, nos anticipa claramente la llegada de la primavera. Desgraciadamente, con el cambio climático que estamos teniendo debido al calentamiento global, la cigüeña se queda con nosotros durante todo el año, por lo que este refrán está perdiendo su validez.
El cuco es otra de las aves más nombrada en el refranero, indicándonos que entre principios y mediados del mes de marzo deberíamos verla de regreso: “San Raimundo (15 de marzo) trae la golondrina del otro mundo” o “El cuco no es mito, que lo trae san Benito (21 de marzo)”. Pero también el invierno puede ser más largo de lo habitual y la migración de esta ave verse retrasada metiéndonos en abril: “Por san Benito de Palermo (3 de abril), o el cuco viene de camino, o se ha muerto”.
Lo importante de la representación de las aves migratorias en el saber popular es que las mismas especies se ven recogidas en distintos idiomas, como es el caso del cuco, que por ejemplo en rumano, el idioma de origen latino más al oriente de Europa, nos encontramos con el siguiente refrán: “Cucul, pînă nu vede mugur, nu cîntă”, cuya traducción sería, “El cuco, hasta [que] no ve brote, no canta”. Es decir, hasta que las temperaturas no suben lo suficiente para que la tierra reviva, este ave no la veremos en nuestros cielos.
Cambios climáticos
Todo hace indicar que el origen de los movimientos migratorios de Norte a Sur fue provocado por la llegada de los hielos y la necesidad imperiosa de buscar lugares con temperaturas más elevadas y mayor potencial de alimentación.
En la actualidad se comprueba que las aves de corta migración, aquellas que pasan el invierno en la cuenca mediterránea, se están adelantando en su llegada a sus zonas de anidación incluso una semana y siempre antes que las de larga migración que, en promedio, solo se están adelantando de 3 a 4 días. Esto se puede explicar porque estas aves de corta migración pueden seguir los cambios de temperatura con más facilidad, ya que pasan el invierno en el sur de Europa, que las que se encuentran a muchos miles de kilómetros de distancia y ajustar sus movimientos a las “pistas meteorológicas” para preparar su migración.
Y aunque “una golondrina no hace primavera”, refrán que podemos encontrar en la mayoría de las lenguas románicas, sí que podemos asegurar, de manera general, que el cambio climático está afectando claramente a las aves migratorias.