Día Meteorológico Mundial: los principales logros de esta ciencia
El 23 de marzo es el Día Meteorológico Mundial. Repasamos los principales logros e innovaciones tecnológicas de la meteorología y descubre qué nos depara el futuro.
Vivimos en un planeta interconectado. Las fronteras nacionales y políticas no existen para la atmósfera y los océanos. Esta es la filosofía que ha impulsado el trabajo de la comunidad meteorológica mundial desde 1873, cuando la contaminación procedente de las actividades industriales humanas apenas empezaba a emitirse.
Estos 150 años de evolución han dado lugar a tecnologías que hoy son esenciales para nuestra vida cotidiana, cosas que, en los tiempos que corren, parecen incluso triviales. En este Día Meteorológico Mundial, vamos a repasar los principales logros y descubramos lo que nos depara el futuro de la ciencia atmosférica.
La meteorología era una necesidad para la marina
La predicción meteorológica tiene su origen en la marina. El teniente Matthew Fontaine Maury y el almirante FitzRoy fueron los impulsores de esta ciencia y ya en 1860 enviaron avisos de temporales a los marineros de las costas británicas.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción de las economías y el auge del transporte marítimo y aéreo culminaron en una expansión sin precedentes de las telecomunicaciones y las observaciones científicas en tierra, mar y aire.
No fue hasta la década de los 60 cuando los científicos comprendieron por primera vez cómo el océano y la atmósfera interactuaban entre sí para influir en el clima. En los 1980, los estudios meteorológicos llevaron a los científicos a comprender por primera vez el alcance de los grandes ecosistemas marinos.
La recuperación del agujero de la capa de ozono, el mayor triunfo medioambiental
Por esa misma época, los meteorólogos teorizaron y confirmaron que los CFC producidos por el ser humano estaban provocando la destrucción de la capa de ozono estratosférico, el mayor y único escudo del planeta contra las radiaciones solares nocivas.
Hoy ya no escuchamos a nadie hablar de este problema. Esto se debe a que, en 1987 se adoptó el Protocolo de Montreal para proteger la capa de ozono, eliminando de la producción industrial los compuestos químicos responsables de su destrucción.
Esta acción internacional ha generado resultados extremadamente positivos. Se calcula que las medidas han evitado millones de casos de cáncer de piel y cataratas en todo el mundo, y que la capa de ozono estará totalmente recuperada en 2065.
Satélites espaciales y GPS
Las ciencias planetarias han seguido desarrollando notables tecnologías de observación y modelización de la atmósfera. Desde los años 60, los satélites han revolucionado la capacidad de observación de la Tierra, la atmósfera y los océanos. Su principal objetivo ha sido siempre predecir los fenómenos naturales.
En la década de 1990, esto llevó a la NOAA a desarrollar métodos revolucionarios de posicionamiento y topografía, que se convirtieron nada menos que en el GPS, tecnología utilizada hoy en todo el mundo para la localización y la navegación.
El futuro de la meteorología
Hoy, la meteorología se centra en otro problema. El IPCC prevé que el cambio climático tendrá efectos adversos en todo el planeta en las próximas décadas: olas de calor más intensas, veranos más largos e inviernos más cortos.
Pero más allá de eso, el cambio climático está intensificando el ciclo del agua. Esto va en ambos sentidos, provocando tanto lluvias intensas e inundaciones en algunos lugares, y sequías intensas en otros. Los océanos son más ácidos, el nivel del mar ha subido y nuestros glaciares se están derritiendo.
Sin una acción inmediata y contundente, el calentamiento global causará daños incontrolados. Si las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzan el cero neto de forma inmediata, la temperatura global aún puede estabilizarse en un aumento de 1,5 °C.
Entre tantas malas noticias, hay otros motivos para alegrarse. Desde 2010, se han producido reducciones de hasta el 85% en el coste de la energía solar, eólica y de baterías. Una creciente batería de políticas y leyes ha aumentado la eficiencia energética, reducido las tasas de deforestación y acelerado el despliegue de fuentes de energía renovables en todo el mundo.
Hoy, en el Día Meteorológico Mundial, el papel de la meteorología es volver al principio de todo: recordar que las fronteras nacionales y políticas no existen para la atmósfera y los océanos, y que todo el planeta necesita tomar medidas urgentes para garantizar que las generaciones futuras puedan sobrevivir y prosperar. Este es el futuro que todos queremos.