Destrucción de Pompeya, ¿en agosto o en octubre?
Hasta hace poco se pensaba que la destrucción de la ciudad de Pompeya, se había producido en agosto, estudios recientes la retrasan al mes de octubre. Aclaremos todos los detalles.
La erupción del monte Vesubio en el año 79 de nuestra era, en principio datada en la noche del 24 al 25 de agosto, provocó la destrucción de las 'polis' romanas de Pompeya y Herculano, además de afectar a otras ciudades circundantes, como Estrabia y Oplontis. La población de esta zona se calcula que era de entre 15.000 y 25.000 personas, estimándose cerca de 5.000 fallecidos. Se han encontrado entre las ruinas de ambas ciudades unos 1.500 cuerpos.
Gracias al administrador romano de la época, Plinio el Joven, testigo presencial de la catástrofe, se sabe lo sucedido, dando nombre a las erupciones de este tipo como plinianas, en honor de Plinio el Viejo, tío suyo, fallecido en dicha catástrofe al acercarse al volcán para investigar lo sucedido.
Características de la erupción
Las erupciones plinianas se consideran cataclísmicas y se caracterizan por tener una composición ácida, con un alto grado de explosividad. Son muy violentas y expulsan grandes volúmenes de gas volcánico especialmente tóxico, fragmentos y cenizas a gran velocidad, lo que provoca columnas eruptivas que pueden superar los 30 km de altura, inyectando mucho material en la estratosfera.
La inyección de gases contaminantes y de cenizas en esta capa atmosférica puede ser muy importante y causar fenómenos de contaminación global, ya que la deposición de estos materiales es muy lenta, mientras su difusión es relativamente sencilla.
La destrucción de Pompeya
Lo primero que debemos hacer es situarnos geográficamente. La erupción de este volcán se produjo en el golfo de Nápoles, situado en la costa suroeste de Italia, en el año 79 d.C. Al norte de esta bahía se situaba la ciudad de Neapolis, anterior asentamiento de la actual Nápoles. Pues bien, el Vesubio se encuentra en su parte este y a su vez al norte de las ciudades destruidas de Pompeya y Herculano.
Se considera que la erupción tuvo una duración de dos días, iniciándose hacia el mediodía del 24, cuando se produjeron una serie de explosiones que culminaron con la que hizo saltar el tapón de lava que bloqueaba la chimenea del volcán, provocando la formación de una nube oscura sobre todo el golfo de Nápoles.
Este penacho estaba constituido por materiales volcánicos y gases más livianos que el aire, por lo que la columna eruptiva se elevaba con facilidad y se agrandaba, estimando que la altura alcanzada pudo llegar a los 32 km. Con posterioridad, estas emanaciones fueron arrastradas por los vientos dominantes hacia el sudeste, rumbo a la ciudad de Pompeya y demás zonas habitadas del sur de la bahía de Nápoles.
Lluvia de cenizas
Por los estudios estratigráficos realizados en la actualidad, sabemos que en el curso de las primeras siete horas se produjo sobre esta ciudad una lluvia de piedras pómez blancas, que la cubrieron a un ritmo de 15 cm/h, acumulándose hasta una altura de 1,30 a 1,40 metros. Esta situación continuó durante más tiempo, alcanzando finalmente una altura de 2,80 metros. Muchas personas decidieron quedarse en sus casas o refugiarse en las bodegas, a la espera que la erupción pasase, pero al ir acumulándose más y más material sobre ellos terminaron por asfixiarse o quedaron sepultados cuando el peso terminó derrumbando los techos de las casas.
Pero aún quedaba lo peor por venir. La segunda fase más destructiva comenzó durante la noche o primeras horas del segundo día, cuando la columna eruptiva colapsó dando lugar a flujos descendentes o coladas piroclásticas. Formadas por gases tóxicos y materiales sólidos muy calientes, bajaron por las laderas del volcán hasta alcanzar, en primer lugar, a la pequeña aldea de Herculano más cercana al volcán, quedando sepultada bajo más de 20 metros de manto de ceniza y material piroclástico. La 'nube' posteriormente llegó a Pompeya, dando muerte por asfixia prácticamente a todos los que aún estaban con vida, tanto en sus refugios improvisados como intentando huir de la ciudad.
Cuando todo terminó, dos días después, una zona de destrucción rodeaba al volcán. En una distancia de 18 kilómetros el paisaje quedó completamente desolado, sin vida. Las partículas de ceniza se extendieron hacia el sureste, alcanzando regiones tan distantes como Egipto y Siria.
La fecha de la destrucción
Existen dudas sobre el día exacto del inicio de la erupción, manejándose como las más probables el 24 de agosto, momento indicado en los manuscritos de Plinio el Joven... o el 24 de octubre.
Hasta hace poco tiempo se tenía por cierta la del mes de agosto, ya que la mayoría de los manuscritos de Plinio hacían pensar en esta posibilidad. Hay que tener en cuenta que estas cartas fueron escritas bastante más tarde y ya no se conservan. Sólo hay constancia de sus posteriores traducciones, por lo que pudo ocurrir algún error.
En la actualidad va ganando fuerza la fecha del 24 de octubre porque otras fuentes hablan que el desastre aconteció nueve días antes de las calendas de noviembre, nuestro actual 1 de noviembre. Además, en las excavaciones actuales se han encontrado ánforas grandes que podían contener vino joven, aparecen braseros en las casas y también frutos correspondientes al otoño.