¡Espectacular! El desierto de Atacama ha vuelto a cubrirse de flores
La arena del desierto de Atacama floreció por última vez en el año 2017. Y, aunque esta vez la precipitación ha sido menor, el espectáculo natural es impresionante.
Hace 3 años que no se vivía este fenómeno natural en Chile. Durante el presente siglo, las flores se habían dejado ver entre las arenas del Desierto de Atacama en 7 ocasiones, concretamente en los años 2000, 2001, 2004, 2005, 2010, 2015 y 2017. 2020 será la octava ocasión.
Huasco y Freirina se visten de colores
De acuerdo a lo señalado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), esta maravilla de la naturaleza se observó en las zonas de Huasco y Freirina, pertenecientes a la región de Atacama. Las primeras floraciones se observaron durante la segunda quincena de agosto de 2020, alcanzando su máximo desarrollo a comienzos de septiembre. No está previsto que duren demasiado, probablemente a lo largo de esta semana el evento comenzará a debilitarse, según los expertos.
Dentro de las especies que se han observado este año, al sur de la región de Atacama, se encuentran el Churque, soldaditos rojos, amarillo y azul. También la flor del jote, suspiros, añañucas, palo negro y oreja de zorro amarilla. Si bien es cierto que el área que se ha cubierto de flores este año es menor que la registrada en 2017.
Las precipitaciones como piedra angular
El rol de las precipitaciones es fundamental para que el Desierto de Atacama se cubra de maravillosos colores. Por lo general, germinan y florecen más de 200 especies en estas arenas, gracias a la humedad que queda en el suelo con la llegada de la lluvia. Esto genera un impacto en la fauna silvestre, el ganado doméstico y, especialmente, en el crecimiento de la población del guanaco. El desierto florido también se manifiesta en otros lugares desérticos del planeta, como en los desiertos de Estados Unidos, China y Australia.
Al realizar una comparación de los acumulados de precipitación de la estación meteorológica de Huasco, entre los años 2017 y 2020 se observa una diferencia significativa. En el año 2017 se acumularon 95 l/m2, mientras que hasta la fecha en este 2020 el total asciende a los 35 l/m2. Es decir, este año llovió casi 3 veces menos que el 2017.
Aunque es un espectáculo natural que a todos y todas nos encantaría contemplar en su plenitud, las autoridades ya han hecho un llamamiento para no acudir a esta zona, por dos razones: primero, el cuidado a la naturaleza para que experimente su ciclo natural, sin intervención humana. Y, segundo, como autocuidado ante eventuales contagios por COVID-19.