Descubrimos el pueblo a 46 km de Madrid que llegó a ser capital de España
Esta villa ha sido centro administrativo y militar para carpetanos, romanos, visigodos o árabes. Sólo los planes de Felipe II torcieron su destino como firme candidata a ser la capital permanente del reino. Hoy es un escenario de cine.
Paseando por las tranquilas calles de este pueblo situado en la comarca natural de la Campiña del Henares, a sólo 46 kilómetros de Madrid, puede entenderse por qué ha sido el lugar elegido para la realización de más de 130 rodajes entre películas, series, videoclips y anuncios.
Diversas localizaciones de Talamanca de Jarama, una villa de poco más de 4300 habitantes, han quedado inmortalizadas por el cine y la televisión en producciones como ‘Conan, el bárbaro’, ‘Alatriste’, ‘Réquiem por un campesino español’, ‘Así en el cielo como en la tierra’, ‘Ay, Carmela’, ‘El Zorro’, 'El Ministerio del Tiempo' o ‘Águila Roja’.
Pero no es la única sorpresa que aguarda la rica historia de esta localidad de la estepa cerealista madrileña. Además, presume de haber sido capital de un imperio.
Centro de poder administrativo y militar de diversas civilizaciones
Según los arqueólogos, los orígenes de Talamanca de Jarama se remontan a la Edad de Hierro. Se cree que, nombrada por Ptolomeo, pudo ser la mítica Mantua Carpetana Celtibérica, la capital de los Carpetanos, pueblo prerromano de origen celta, aunque esta es una cuestión muy discutida por los expertos.
En la época romana se la conoció como Armántica, y fue una de las ciudades más importantes de la zona central de la provincia romana Cartaginense. De esta época queda su puente viejo, lugar de tránsito en las rutas que unían la Meseta Norte con Toledo por Somosierra.
Tras el paso de los visigodos, hacia el año 852, el emir de Córdoba Muhammad I, fundador de Madrid, renombró la ciudad como «Talamanka», y la convirtió en una de las centinelas destinadas a proteger la Ruta del «Xarama» de las actividades guerreras de Ordoño I, rey de Asturias.
La decadencia del Califato, unido a la presión castellana, marca el declive de la influencia musulmana de Talamanca de Jarama. En 1062 fue destruida por Fernando I, y en 1085 sus restos pasaron definitivamente a los castellanos al conquistarla Alfonso VI, que la cedió a la Iglesia de Toledo en 1091.
Capital imperial
Junto con Madrid, Toledo, Cádiz, Sevilla, Valencia, Burgos o Valladolid, Talamanca ostenta el privilegio de haber sido una de las varias capitales de España durante el reinado de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico (1516 hasta 1556).
La villa, perdió la oportunidad de ser la permanente capital del país cuando, en 1561, Felipe II estableció la Corte, de manera permanente, en Madrid, entonces una ciudad más del reino.
En la decisión pesó su centralidad geográfica respecto al resto de la Península. Talamanca pasó entonces a ser un señorío laico y comenzó a fragmentarse.
Qué ver en Talamanca de Jarama
Si te acercas a esta localidad, no puedes pasar de largo de la emblemática finca de La Cartuja, un conjunto de explotaciones agropecuarias del siglo XVI y posteriores que conserva gran parte de la memoria arquitectónica y cultural de los frailes cartujos que habitaron el Real Monasterio de Santa María de El Paular, del que dependía, y que está situado a poco más de 60 kilómetros, en el municipio de Rascafría.
Declarado Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de monumento, el conjunto refleja la organización económica de las cartujas, eminentemente agraria, basada en el cultivo de los campos y en la ganadería, y dedicada al almacenamiento de grano, vino, aceite, vinagre y diferentes cabezas de ganado.
Muy recomendable visitar la bodega, el lagar, el edificio principal y su claustro, la capilla y la zona de establos, en los que aún se mantienen las características de las que fueran filiales agrícolas de los Monasterios de la Orden Cartuja.
Lugares interesantes son también la iglesia parroquial de San Juan Bautista, del siglo XII y estilo románico-renacentista, que fue reconstruida en el XVI y tiene una torre mudéjar, recuerdo de la influencia árabe, que también se observa en los restos de la muralla (siglos XII a XIII) y en algunos torreones.
De la presencia de visigodos en la alta edad media quedan huellas en piedras labradas empotradas en las murallas, los muros de la iglesia, la fachada de alguna casa y en los cimientos de edificaciones.
Otros puntos de interés son el Ayuntamiento, del siglo XVII, la antigua iglesia de los Milagros, del siglo XIV, situada en la plaza Mayor, con su ábside románico y mudéjar, y la calzada y el puente de la época romana.