Un "yeti" gatuno: avistan una especie felina muy rara en el Everest
Es la primera vez que los científicos ven rastros de dos gatos Pallas, una especie muy rara, en el Monte Everest. Esta pecular especie vive a 5.000 metros sobre el nivel del mar.
Dos gatos de una especie muy rara se han asentado en el Monte Everest. Se trata del gato de Pallas (también llamado manul), un felino solitario que vive principalmente en Asia, China y Rusia. Estos dos felinos, descubiertos recientemente, dejaron huellas en el parque nacional de Sagarmatha, en Nepal.
Los científicos pudieron determinar su presencia mediante el análisis genético de muestras fecales tomadas del sitio en 2019. “Los investigadores encontraron evidencia de ADN de pika y comadreja de montaña en las muestras, una importante fuente de alimento para el gato de Pallas”, describen los investigadores.
"Es fenomenal encontrar evidencia de esta especie rara y notable en la cima del mundo", comenta la doctora Tracie Seimon del Programa de Salud Zoológica de la Sociedad de Conservación. El descubrimiento del gato de Pallas en el Everest refuerza la gran biodiversidad que posee este ecosistema remoto de alta montaña y extiende el área de distribución conocida de esta especie hasta el este de Nepal.
Los manuls aguantan temperaturas de hasta -50 ºC
Esta especie de gato desciende del leopardo. Estos felinos se distinguen por tener la cabeza "un poco aplanada y tener unas orejas redondeadas muy pequeñas", según describe el medio LeFigaro. Son capaces de soportar temperaturas invernales muy bajas (¡hasta -50 °C!) gracias a su espeso pelaje blanco con manchas negras.
Es cierto que los manuls viven en “zonas rocosas, estepas y de laderas empinadas”, detalla Florian Kirchner, a cargo del programa “Especies” de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). El animal ya ha sido encontrado en el Himalaya pero sorprende notar su presencia tan alto, a 5.000 metros sobre el nivel del mar.
Están acostumbrados a vivir a una altura de entre 500 y 2000 metros. Pero no deja de ser una sorpresa verlos en una zona tan extrema, donde allí encuentran pocas presas, revela el investigador. Debido a la degradación de su hábitat, las pikas, marmotas y comadrejas, principales fuentes de alimento de estos raros felinos, están desapareciendo.
Como muchas otras especies animales, el hábitat del gato de Pallas está siendo transformado por el hombre en una “zona de cultivo para la ganadería o infraestructura humana e industrial”. Esto amenaza la supervivencia de la especie clasificada en la categoría de "preocupación menor", es decir que ya no se encuentra en peligro de extinción. Aunque haya menos manuls que jirafas en el mundo...