Descubre la estación de tren de Amberes, la joya de mármol más bonita de Europa
Situada en el centro de la ciudad belga de Amberes, es una de las estaciones de tren más bonitas de Europa y que aúna varios estilos arquitectónicos, siendo una parada obligatoria para todo aquel que visite esta zona.
Es unas de las estaciones de tren más bonitas del mundo, y está en Amberes, Bélgica. Es conocida como "la catedral del ferrocarril", y es una auténtica joya arquitectónica que fusiona la funcionalidad ferroviaria con una estética espectacular.
Esta estación de estilo ecléctico fue inaugurada hace más de un siglo
Su construcción, que se llevó a cabo a principios del siglo XX, fue un ambicioso proyecto que buscaba no sólo servir como un nudo central para el transporte ferroviario, sino también convertirse en un símbolo de la prosperidad y la modernidad de la ciudad belga.
Inaugurada en 1905, la estación fue diseñada por el arquitecto Louis Delacenserie, y también es conocida por otros nombres como Amberes-Central (Antwerpen-Centraal), Middenstatie (estación de Oriente) o Spoorwegkathedraal (Catedral del ferrocarril).
En aquella época, su construcción supuso la demolición de edificaciones antiguas y la reconfiguración del entorno urbano circundante, y fue todo un desafío logístico y técnico para la época.
La estación es considerada como el mejor ejemplo de la arquitectura ferroviaria en Bélgica, teniendo en cuenta que resulta complicado asignarle un estilo arquitectónico, pues es la mezcla de muchos estilos.
La fachada principal, adornada con torres y detalles ornamentales, refleja la influencia de la arquitectura ferroviaria belga, que buscaba fusionar la utilidad con la estética. Los altos arcos y la profusión de detalles escultóricos enriquecen la experiencia visual de todo aquel viajero que accede a ella.
Si el exterior es impresionante, más lo es su interior, donde destaca una gran bóveda de vidrio que ilumina la sala principal, además de cientos de vitrales, mosaicos y detalles arquitectónicos. Todo ello bajo la influencia del Art Nouveau que se ve reflejado también en algunos barrios de la ciudad.
Actualizada al siglo XXI sin perder su encanto
A lo largo de los años, la estación central de la ciudad belga ha experimentado diversas reformas para adaptarse a las demandas cambiantes de la movilidad y la modernidad.
La introducción de nuevos servicios, nuevas áreas comerciales y la integración de nuevas tecnologías para dar cabida a trenes de alta velocidad han asegurado que la estación siga siendo funcional y relevante en la actualidad.