Descubierto el alfabeto más antiguo del mundo: 2400 a. C. de antigüedad entre tesoros funerarios

Un grupo de arqueólogos ha descubierto en un yacimiento arqueológico sirio un alfabeto inédito y datado 500 años antes del más antiguo que se conocía hasta ahora, y que surgió cerca de la actual Egipto.

Alfabeto hallado en Mmm-el Marra, Siria
El alfabeto hallado en el yacimiento sirio de Umm-el Marra consiste en un cilindro de arcilla del tamaño de un dedo. Imagen: Johns Hopkins University

La historia de la escritura ha dado un giro inesperado con el hallazgo de un alfabeto que supera por 500 años la antigüedad de los sistemas conocidos. En una tumba siria, junto a joyas y utensilios de la Edad de Bronce Temprano, un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado cilindros de arcilla con inscripciones alfabéticas inéditas. Este hallazgo representa toda una revolución respecto a las teorías actuales.

Los arqueólogos trabajaron durante 16 años en Umm-el Marra, un yacimiento arqueológico donde se encuentra las ruinas de la que fue una de las ciudades más antiguas de Siria. Su esfuerzo culminó en este hallazgo único, presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Investigación en el Extranjero. Según las pruebas de radiocarbono, las tablillas datan del 2400 a. C., y redefinen los orígenes de la escritura alfabética.

En una tumba siria, junto a joyas y utensilios de la Edad de Bronce Temprana, un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado cilindros de arcilla con inscripciones alfabéticas inéditas.

Los expertos consideran que las inscripciones halladas en la cerámica podrían pertenecer a un sistema alfabético desconocido. Hasta este descubrimiento, los ejemplos más antiguos de alfabetos procedían del año 1900 a. C., y se encontraron cerca de Egipto. El hallazgo, junto a otros objetos como una rueda antigua de piedra, abre nuevas perspectivas sobre los primeros experimentos en comunicación escrita y la evolución de los alfabetos.

Un alfabeto muy difícil de descifrar

Las piezas de cerámica descubiertas fueron halladas dentro de unas tumbas sirias, donde también hallaron seis esqueletos, ornamentos de oro y plata, recipientes de cocina y vasijas decorativas. Entre estos objetos también encontraron cuatro cilindros con inscripciones en su superficie. Los arqueólogos creen que estas piezas, perforadas estratégicamente, podrían haber servido como identificadores del contenido de las tumbas, posiblemente actuando como etiquetas.

Glenn Schwartz, investigador de la Universidad Johns Hopkins, situada en Baltimore, Maryland (Estados Unidos), ha explicado: “Me imagino una cuerda atándolos a otros objetos para que actúen como etiqueta. Sin un medio para traducir lo escrito, sólo podemos especular”.

A diferencia de los complejos sistemas jeroglíficos egipcios o cuneiformes mesopotámicos, el alfabeto simplificó radicalmente la escritura, democratizando el conocimiento y acelerando la difusión de ideas

Según ha indicado Schwartz, el desarrollo de los alfabetos transformó la escritura al permitir que se extendiera a sectores de la población fuera de las clases privilegiadas. Este avance impactó profundamente en la manera en que las personas interactuaban, estructuraban su pensamiento y transmitían ideas. El reciente hallazgo sugiere que los intentos por crear métodos de escritura alfabética comenzaron mucho antes de lo estimado, y en una zona distinta a las tradicionalmente asociadas con estos sistemas.

El origen del alfabeto

Es cierto que existen registros de comunicación en cerámica mucho más antiguos que las tablillas descubiertas en Siria. Un ejemplo destacado es el sistema cuneiforme desarrollado en Mesopotamia, cuyos orígenes se remontan al año 4000 a. C., superando en dos milenios al reciente hallazgo sirio.

Sin embargo, los especialistas señalan que estos primeros sistemas no pueden clasificarse como alfabetos, ya que utilizaban logogramas: símbolos que representaban ideas o palabras completas sin vincularse a su pronunciación. Por ejemplo, diversas culturas representaban el Sol mediante un círculo con rayos, pero este dibujo no formaba parte de una estructura lingüística más compleja.

En contraste, los alfabetos se componen de símbolos que representan los sonidos básicos del lenguaje, conocidos como fonemas. Estas unidades, al combinarse, generan palabras con significado. Según los arqueólogos que estudiaron las tablillas sirias, sus inscripciones muestran características que sugieren un sistema alfabético temprano.