Desayunar dulce o salado, ¿qué opción es más saludable?
La clave para un desayuno saludable radica en conseguir un equilibrio entre alimentos dulces y salados. De esta forma conseguiremos nutrientes y energía,
y mejoraremos la salud cardiovascular.
En España, el desayuno es una tradición muy arraigada, siendo una opción clásica las tostadas de pan con aceite y tomate. Sin embargo, la elección entre lo dulce y lo salado puede generar dudas a la hora de elegir la mejor opción.
Si hay algo en lo que están de acuerdo los expertos en nutrición es que desayunar es importante. Y más lo es adaptar los desayunos a la rutina y a las preferencias individuales. Y es que el desayuno es una destacada ayuda a la hora de cubrir las necesidades nutricionales diarias.
Además, los nutricionistas respaldan la evidencia científica que vincula el desayuno con la salud cardiovascular. Igualmente, señalan que la falta de desayuno se asocia con el sobrepeso, destacando su importancia para mantener un peso corporal adecuado.
Desayunar dulce o salado, ¿qué es más sano?
Comenzar el día con la energía adecuada es esencial para un rendimiento óptimo. La elección entre un desayuno dulce y salado no sólo afecta al sabor, también a la duración de la energía que proporciona. Si bien es común asociar el desayuno con opciones dulces, no todas son igualmente saludables.
Un desayuno dulce puede proporcionar energía de manera instantánea, pero el contenido de azúcar puede limitar la duración de esa energía. La clave radica en la calidad de la glucosa que aportamos a nuestro cuerpo.
Optar por un desayuno salado ofrece una solución equilibrada al proporcionar la energía necesaria y los nutrientes esenciales para iniciar el día. No es necesario renunciar por completo a los placeres dulces, pero sustituir la bollería industrial por opciones más saludables, como una pieza de fruta, puede marcar la diferencia.
¿Cómo es un desayuno saludable?
Hay que olvidarse del mito de que el desayuno es la comida más importante del día. Pero lo que sí es cierto es que se trata de la primera que hacemos, y hay que vigilar lo que comemos. Un desayuno completo debe abarcar tres grupos alimenticios principales: lácteos, cereales y frutas, con la opción de incorporar una fuente adicional de proteínas y grasas insaturadas.
Incluir lácteos en el desayuno no se limita sólo a la leche, también incluye opciones como el queso o el yogur. Estos productos son ricos en proteínas de alto valor nutricional, proporcionando aminoácidos esenciales, vitaminas, calcio y fósforo. En cuanto a los cereales, hay que evitar las opciones industriales, y optar por alternativas como el pan integral, los copos de avena o las galletas integrales. Los cereales son una fuente crucial de hidratos de carbono.
Las frutas aportan vitaminas, minerales e hidratación. Además, tomar fruta en el desayuno es una buena forma de empezar la jornada cumpliendo con la recomendación diaria de tomar cinco porciones de frutas y verduras. Respecto a las proteínas y grasas insaturadas, incluye huevos, frutos secos, aceite de oliva o aguacate, alimentos que proporcionan proteínas esenciales y grasas saludables. Son el complemento ideal para la ingesta nutricional del desayuno.
Qué pasa si no tengo ganas de desayunar
Para aquellos que encuentran difícil ingerir alimentos por la mañana, los expertos en nutrición aconsejan no forzarse. Lo importante es mantenerse hidratado con agua, especialmente si se opta por no desayunar. Y hay que olvidarse de picar sólo algo rápido eligiendo opciones poco saludables.
Es muy recomendable centrarse en los beneficios del desayuno para el rendimiento cognitivo, especialmente en el caso de los niños y los adolescentes. En cuanto a la hora ideal para desayunar, no existe un momento específico que haga que los nutrientes sean más beneficiosos, pero es más recomendable priorizar la ingesta durante las horas de luz.
Consejos básicos para empezar bien el día
Para iniciar el día con vitalidad, hay que tomarse el tiempo necesario para elegir y disfrutar de un desayuno variado y equilibrado. Esta primera comida es la que nos proporcionará todos los nutrientes y la energía necesaria para enfrentar los desafíos del día con fuerza y determinación. Y es conveniente comer despacio y con tranquilidad.
Hay que configurar el desayuno con atención, incorporando los grupos alimenticios esenciales y manteniendo la variedad. Esta práctica no sólo optimiza la ingesta nutricional, sino que también contribuye a un estilo de vida saludable y activo.