¿Demasiado sudor? Los científicos explican algunos trucos para reducir la sudoración excesiva
Sudar excesivamente se ha convertido un problema que enfrentan a diario miles de personas. ¿Qué hacer cuando esta afección impide continuar con las tareas cotidianas del día a día? Los expertos ofrecen algunos consejos útiles.
La sudoración es un mecanismo natural del cuerpo para regular la temperatura, funcionando como un aire acondicionado interno. Cuando el cuerpo se calienta debido al clima, el ejercicio o el estrés, las glándulas sudoríparas liberan líquido que se evapora para enfriar la piel. Sin embargo, para algunas personas, la sudoración puede ser tan excesiva que afecta su vida diaria. ¿A ti también te ocurre lo mismo?
¿Qué es un nivel normal de sudoración?
La cantidad de sudor que produce una persona varía según factores como la edad, el sexo y el nivel de actividad física. Por ejemplo, los hombres suelen sudar más que las mujeres, mientras que los niños sudan menos que los adultos. En promedio, una persona puede sudar hasta 300 mililitros por hora en condiciones cálidas y húmedas.
Cuando la sudoración interfiere con actividades cotidianas, como evitar ciertos tipos de ropa o evitar reuniones sociales, podría tratarse de hiperhidrosis, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo. Esta sudoración excesiva ocurre con mayor frecuencia en las axilas, manos, pies, cuero cabelludo y zona inguinal.
Puede ser causada por problemas médicos subyacentes, como un trastorno de tiroides o la menopausia, aunque en muchos casos no tiene una causa clara y se asocia a factores como el estrés, el calor, el ejercicio o predisposición genética.
Trucos y tratamientos para reducir la sudoración excesiva
Si se experimenta sudoración excesiva, existen varias estrategias y tratamientos que pueden ayudar a prevenirlo.
1- Usar antitranspirantes
Los antitranspirantes, especialmente los que contienen aluminio, son el primer paso para reducir el sudor. Estos productos forman un tapón temporal en las glándulas sudoríparas, limitando la cantidad de sudor que llega a la superficie de la piel. Es importante no confundirlos con los desodorantes, que solo eliminan el mal olor. Los productos más efectivos pueden contener hasta un 25% de aluminio, aunque pueden causar irritación en pieles sensibles.
2- Mantenerse fresco
Reducir la temperatura corporal disminuye la necesidad de sudar. Algunas estrategias incluyen duchas cortas con agua templada, usar ropa holgada de tejidos transpirables como algodón, y llevar un pequeño ventilador o paños húmedos para enfriar zonas como el cuello y las muñecas. También se recomienda evitar el ejercicio en horas de mucho calor y preferir áreas sombreadas o con aire acondicionado.
3- Usar medicamentos
Algunos medicamentos pueden ayudar a regular la sudoración, aunque pueden tener efectos secundarios como sequedad bucal, visión borrosa o malestar estomacal. Por ello, deben ser evaluados por un médico, quien también puede derivarte a un dermatólogo para explorar otras opciones.
4- Inyecciones de toxina botulínica
La toxina botulínica, conocida por su uso cosmético, también bloquea las señales nerviosas que activan las glándulas sudoríparas. Este tratamiento puede durar hasta seis meses y suele ser administrado por un dermatólogo. En algunos casos, los seguros médicos cubren el tratamiento para las axilas, pero no para otras áreas como las manos o el rostro.
5- Iontoforesis
Esta técnica consiste en aplicar una corriente eléctrica débil a través de agua para reducir la sudoración en manos, pies y axilas. Aunque su funcionamiento exacto no se comprende del todo, es una opción no invasiva que no requiere medicamentos ni cirugía.
6- Terapias avanzadas
Para casos más graves, existen opciones quirúrgicas y tratamientos modernos. La simpatectomía, por ejemplo, corta los nervios responsables de la sudoración en las manos, aunque puede causar sudoración compensatoria en otras partes del cuerpo. También existe la terapia por microondas, que destruye permanentemente las glándulas sudoríparas, aunque es costosa y puede ser dolorosa.
La sudoración puede ser una respuesta natural del cuerpo, pero cuando se vuelve problemática, existen formas efectivas de manejarla. Con las estrategias adecuadas, es posible reducir el impacto de la hiperhidrosis y mejorar significativamente la calidad de vida.
Referencia de la noticia:
Lindsay B. Baker (2019) Physiology of sweat gland function: The roles of sweating and sweat composition in human health. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/23328940.2019.1632145