¿Qué papel tendrán en esta DANA las altas temperaturas del mar Mediterráneo y del Atlántico?
Una DANA se encuentra ya de camino a la Península Ibérica. La temperatura superficial del agua del mar podría jugar un papel clave en el desarrollo de los acontecimientos meteorológicos.
Una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) se está aislando en el Atlántico norte y entre hoy y mañana irá descendiendo de latitud en dirección a la Península Ibérica. Aunque todavía hay cierta incertidumbre sobre su desplazamiento final, lo más probable es que durante la jornada del sábado el núcleo de la DANA vaya rozando las costas de Portugal hasta el Cabo de San Vicente. Posteriormente podría volver hacia el norte, adentrándose en el Atlántico.
La posición de la DANA en las costas portuguesas, deja a la península en su flanco delantero, que es el más activo en cuanto a precipitaciones y tormentas en estos sistemas. Como consecuencia de la llegada de la baja en altura, se formarán bajas presiones superficiales en el sur peninsular. Con ello, se establecerá un flujo de vientos de levante aportando abundante humedad del cálido mar Mediterráneo.
¿Qué es una DANA?
Antes de continuar, cabe definir brevemente este concepto que tanta confusión genera y que aparece de manera recurrente en la actualidad meteorológica. Una DANA o gota fría es una depresión aislada en niveles altos, es decir, una baja que se ha separado por completo de la circulación general asociada al chorro y se mueve de forma independiente.
En la DANA, el aire es más frío que en los alrededores y adquiere forma redondeada, de ahí el concepto de gota fría que se introdujo ya hace bastantes años. Las danas empiezan como regiones aisladas de aire frío en niveles medios y altos de la troposfera (entre los 5000 y 9000 metros) y se van desplazando en la vertical hasta dejar reflejo en superficie.
Un mar caliente y precipitaciones intensas
¿Puede la temperatura del agua del mar influir en la intensidad de las precipitaciones? En este caso, la respuesta es un sí rotundo, influye y mucho. A día de hoy, las anomalías de temperatura del mar superan los +2 ºC en amplias zonas del Mediterráneo y Cantábrico.
A orillas del Cantábrico, la temperatura superficial del agua del mar se encuentra bien por encima de los 20 ºC (22 ºC en la boya de Bilbao-Vizcaya). A orillas del Mediterráneo, los registros superan los 25 ºC (26.8ºC en la boya de Valencia). Datos facilitados por Puertos del Estado.
Sobre estas superficies marítimas tan cálidas, reposan masas de aire también cálidas y muy húmedas. Si estas masas de aire se desplazan por una borrasca en superficie, pueden servir de combustible para las precipitaciones intensas. Este efecto ocurre bajo la influencia de la DANA y el fuerte contraste térmico existente entre niveles bajos y medios de la troposfera.
Los vientos de levante pueden desplazar esta humedad a regiones que normalmente son secas, como el centro peninsular. Estos mismos vientos, cálidos y húmedos, pueden interaccionar con la orografía de los sistemas montañosos, potenciando las precipitaciones por efecto orográfico.