Cultivos de cobertura, ¿qué son y cómo influyen en la calidad del suelo?
Esta práctica agrícola se encuentra en auge en los últimos años, ya que mejora la estructura y nutrición de los suelos, reduce la erosión y favorece un incremento de la biodiversidad.
La agricultura sostenible es un objetivo marcado a nivel mundial cada vez con mayor incidencia en un sector que se enfrenta a grandes desafíos ambientales y climáticos. Entre las muchas prácticas que han surgido durante los últimos 10 años para promover este tipo de agricultura responsable con el suelo y el medioambiente, el uso de cubiertas vegetales ha ganado terreno.
Estos cultivos de cobertura, que pueden ser cultivos como los tréboles, las habas forrajeras o incluso hierbas autóctonas y espontáneas, se establecen a conciencia en el suelo durante períodos específicos para mejorar su calidad.
¿Cuáles son las ventajas de las cubiertas vegetales?
El empleo de cobertura vegetal en los cultivos supone un amplio conocimiento por parte del agricultor, pues una buena gestión de la cubierta determinará el éxito o fracaso del cultivo. En general, con una gestión adecuada las cubiertas vegetales presentan ventajas considerables en cuanto a calidad y sanidad medioambiental.
Conservación del suelo
Las cubiertas vegetales protegen el suelo de la erosión causada por el viento y la lluvia, manteniendo su estructura intacta y reduciendo la pérdida de nutrientes.
Mejora de la fertilidad
Estos cultivos de cobertura a menudo fijan nitrógeno atmosférico en el suelo, enriqueciéndolo y reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos, disminuyendo los costes para los agricultores, al mismo tiempo que reduce los problemas de contaminación.
Control de malezas
Al cubrir el suelo, las cubiertas vegetales compiten con las malezas por nutrientes y espacio, reduciendo así la proliferación de estas, lo que permite un control más natural y menos dependiente de herbicidas.
Gran incremento de la biodiversidad
Estos cultivos son el refugio y alimento para muchos insectos beneficiosos, polinizadores y otros organismos del suelo, promoviendo por tanto la diversidad biológica en el entorno.
Sostenibilidad hídrica
Las cubiertas vegetales mejoran la infiltración del agua en el suelo, reduciendo por tanto el grave problema de la escorrentía, lo que es especialmente relevante en zonas propensas a sequías o eventos meteorológicos extremos.
Inconvenientes de las cubiertas vegetales
No obstante, no todo son ventajas. De forma general, el empleo de este tipo de sistemas agrícolas requieren de cierta formación y conocimiento, pues una mala gestión de la cobertura vegetal puede suponer riesgo para el cultivo principal de las explotaciones agrícolas.
Competencia con los cultivos principales
En algunos casos, las cubiertas vegetales pueden competir con los cultivos principales por la luz solar, el agua y/o los nutrientes, lo que podría afectar de forma muy negativa el rendimiento.
Coste de inicio
El establecimiento y el mantenimiento de cubiertas vegetales puede requerir inversiones adicionales en semillas, equipos y mano de obra, lo que puede ser una barrera económica para algunos agricultores, especialmente en aquellas explotaciones agrícolas de pequeña escala.
Manejo de la cubierta y tiempo requerido
La gestión de las cubiertas vegetales, incluida su siembra y eliminación o desbroce en el momento adecuado, requiere conocimientos específicos y puede suponer un plus de complejidad a las prácticas agrícolas tradicionales, así como demandar tiempo adicional.
Hacia una agricultura más resiliente y respetuosa con el medio ambiente
Se puede decir, por tanto, que si bien las cubiertas vegetales ofrecen una serie de beneficios importantes para la agricultura sostenible, también plantean desafíos y consideraciones importantes que deben abordarse de manera cuidadosa y estratégica.
Aún hay mucha investigación y desarrollo por delante, siempre con el enfoque puesto en el equilibrio y adaptado a las condiciones específicas de cada región agrícola. Estas prácticas modernas pueden desempeñar un papel fundamental en la construcción de sistemas agrícolas más resilientes y respetuosos con el medio ambiente.