Cuidados de los narcisos: la flor que simboliza nuevos comienzos y renacimiento

Los narcisos son flores vibrantes y resistentes que suelen estar asociadas a momentos de cambios, algo típico en primavera. A continuación, explicamos lo que hay que tener en cuenta los principales cuidados.

Los narcisos son típicas de esta época del año y destacan en nuestros campos.

Los narcisos son una de las flores más populares en jardines y macetas debido a su belleza y facilidad de cultivo. Se caracterizan por su color amarillo brillante, y su forma elegante los convierten en una opción ideal para dar un toque primaveral a cualquier espacio.

Además de su atractivo estético, estas flores simbolizan nuevos comienzos y renacimiento, lo que las hace perfectas para regalar en momentos de cambio como la primavera.

La clave: elección del suelo y su ubicación

Los narcisos se adaptan bien a diferentes tipos de suelo, pero se acondicionan mejor aquellos que sean bien drenados y ricos en materia orgánica. Para garantizar su crecimiento óptimo, es recomendable mezclar la tierra con compost o turba antes de plantarlos.

En cuanto a la ubicación, estas flores necesitan al menos seis horas de luz solar directa al día y si se cultivan en una zona con sombra parcial, pueden crecer, pero su floración será menos abundante.

La importancia de un riego adecuado

Uno de los errores más comunes en el cuidado de los narcisos es el exceso de riego y estas plantas prefieren un suelo ligeramente húmedo, pero no encharcado. Hay que recalcar que durante el crecimiento y la floración, hay que regar los narcisos una o dos veces por semana, dependiendo de la meteorología.

Después de la floración, reduce progresivamente el riego hasta que las hojas comiencen a secarse ya que la planta entra en estado de reposo y no necesita tanta.

Tipos de narcisos y su ubicación ideal

Los narcisos pertenecen al género Narcissus y existen más de 50 especies y miles de variedades híbridas y se agrupan en diferentes categorías según la forma de sus flores y sus características de crecimiento.

A continuación, te presentamos los tipos más destacados y las mejores ubicaciones para su cultivo.

Narcisos trompeta (Narcissus pseudonarcissus).

Estos son los narcisos más clásicos, caracterizados por una gran corona central (trompeta) que es más larga que los pétalos circundantes. Suelen ser de color amarillo, aunque también los hay blancos y bicolores.

Ubicación ideal: prefieren suelos bien drenados y soleados. Son perfectos para bordes de jardines, macetas y prados naturales.

Narcisos de copa grande

Estos tienen una corona prominente, pero más corta que los de tipo trompeta. Pueden encontrarse en una amplia gama de colores, incluyendo tonos rosados, naranjas y blancos.

  • Ubicación ideal: ideales para parterres y jardines mixtos, donde se pueden combinar con otras flores de primavera como tulipanes y jacintos.

Narcisos de copa pequeña

Estos narcisos tienen una copa más discreta y suelen florecer en tonos suaves. Son resistentes y de floración prolongada.

Ubicación ideal: perfectos para jardines de rocas y espacios con sombra parcial. También funcionan bien en jardines boscosos.