¿A cuántas personas puede soportar la Tierra?
Mientras la población mundial continúa en aumento, los recursos disminuyen y las preocupaciones crecen. El debate sobre la capacidad de carga humana real de la Tierra se remonta a cientos de años y una pregunta se mantiene: ¿cuántas personas son demasiadas?
Los seres humanos somos los mamíferos más populares del planeta. En un par de meses se estima que llegaremos a la asombrosa suma de 8000 millones de habitantes. Pero no hay que ser un genio para darse cuenta de que este crecimiento demográfico implica que los recursos globales esenciales, como el agua potable, la tierra fértil, los bosques y los alimentos se vuelven más escasos. Entonces, ¿hasta qué punto nuestro planeta podrá aguantar de manera realista a los humanos?
No es la primera vez que surge esta pregunta, incluso inventaron el término "capacidad de carga" como analogía de la cantidad de carga que podía contener un barco, y así definir el tamaño máximo de población que un entorno puede sostener indefinidamente. Uno de los primeros cálculos fue el de Antoni van Leeuwenhoek, en 1679. El científico e inventor del microscopio predijo que la Tierra podría albergar a 13.400 millones de personas.
Pero a medida que el conocimiento de nuestro planeta y su interacción con la sociedad avanza, las estimaciones se modifican constantemente. Según Joel E. Cohen, jefe del Laboratorio de Poblaciones de la Universidad Rockefeller, los resultados van desde mil millones hasta más de un billón de personas, ya que depende de los cambios ambientales, la ética, la política y las limitaciones naturales y humanas. "La dispersión en las estimaciones de cuántas personas puede soportar la Tierra aumenta con el tiempo", lo que significa que hay poco consenso sobre cuántos Homo Sapiens puede admitir.
Aumento de la población mundial
Hace unos 300.000 años, la población de Homo Sapiens era pequeña, no más de 10.000 personas. Había tan poca gente al principio que la población humana tardó aproximadamente 35.000 años en duplicar su tamaño. Después de la invención de la agricultura, hace entre 15.000 y 10.000 años, había entre 1 y 10 millones de individuos. En ese entonces la población humana tardó 1500 años en duplicarse.
Llegado el siglo XVI, el tiempo necesario para que la población se duplicara se redujo a 300 años. Y a principios del siglo XIX, tomó apenas 130 años. De 1930 a 1974, la población de la Tierra se duplicó nuevamente, en solo 44 años. Pero, ¿se espera que la población humana siga creciendo a este ritmo o hay un límite?
¿Crecimiento infinito?
El crecimiento de la población mundial alcanzó su punto máximo en la década de 1960, y se ha desacelerado desde entonces. En 1950, la tasa de natalidad promedio era de 5,05 hijos por mujer, según la División de Población de la ONU. En 2020 había descendido a 2,44 hijos. Los países de altos ingresos, donde las mujeres tienen un mayor acceso a la educación y la planificación familiar, tienden a tener tasas de natalidad más bajas y familias más pequeñas que los países de ingresos medios y bajos, según Max Roser, director del Programa Oxford Martin sobre Desarrollo Global en el Reino Unido.
Las personas en todo el mundo consumen recursos de manera diferente y desigual. Un estadounidense promedio de clase media consume 3,3 veces el nivel de subsistencia de alimentos y casi 250 veces el nivel de subsistencia de agua limpia. Entonces, si todos en la Tierra vivieran como un estadounidense de clase media, entonces el planeta podría tener una capacidad de carga de alrededor de 2 mil millones. Sin embargo, si las personas solo consumieran lo que realmente necesitan, entonces la Tierra podría soportar una cifra mucho más alta.
En este momento, el consenso científico es que la población del mundo alcanzará un pico máximo en algún momento a finales de este siglo. Además, se prevé que la población mundial alcance los 10.400 millones de personas en algún momento de la década de 2080 y permanezca estable hasta 2100, según la División de Población de las Naciones Unidas. Pero la realidad es que, cuanto más miran los demógrafos hacia el futuro, más especulativas e inciertas se vuelven sus predicciones.