¿Cuándo ocurrirá 'The Big One'? El brutal terremoto para el que ya se preparan en Japón
El término “The Big One” hace referencia a un megaterremoto que podría superar la magnitud 9 y provocar una gran catástrofe en Japón. ¿Cuándo podría producirse, según los geólogos?
Japón, un país sinónimo de tecnología avanzada y resiliencia frente a los desastres naturales, enfrenta una amenaza que parece salida de una película apocalíptica: “The Big One”. Este término describe un terremoto de magnitud colosal, de más de 9 en la escala de Richter que podría ocurrir en cualquier momento, y que representa uno de los mayores desafíos naturales para la nación.
Aunque la ciencia ha avanzado enormemente en el estudio de los sismos, la gran incógnita sigue siendo la misma: ¿cuándo llegará?
¿Qué es “The Big One”?
El término "The Big One" nació originalmente en Estados Unidos, usado para referirse a un posible megaterremoto en la falla de San Andrés, California.
Este seísmo tendría una magnitud cercana a 8 y devastaría el oeste de América del Norte. Sin embargo, en los últimos años, el concepto se ha adoptado también para describir un futuro terremoto aún más catastrófico en Japón, uno que podría superar una magnitud de 9 y liberar una energía colosal.
Japón ya vivió un evento de esta magnitud en 2011, cuando el terremoto de Tōhoku, de magnitud 9,1, sacudió la región. Sin embargo, los expertos aseguran que otro terremoto igual o incluso mayor es inevitable.
Japón se encuentran en el "Anillo de Fuego" del Pacífico
Japón se encuentra en una de las zonas sísmicamente más activas del mundo: el cinturón de fuego del Pacífico. Esta región, conocida por su intensa actividad volcánica y tectónica, alberga la interacción de cuatro placas litosféricas: la placa del Pacífico, la placa Norteamericana, la placa filipina y la placa euroasiática.
Cuando estas placas se mueven, se genera una acumulación de tensiones que, al liberarse de manera repentina, originan terremotos. En particular, las fallas tectónicas que atraviesan Japón forman un escenario ideal para la generación de un sismo de magnitudes épicas.
¿Cuándo ocurrirá “The Big One”?
Esta es la pregunta del millón, y también la más difícil de responder. Los terremotos ocurren cuando las tensiones acumuladas entre las placas tectónicas superan el punto de fricción, liberando una enorme cantidad de energía en cuestión de segundos.
Aunque los avances tecnológicos han permitido medir con gran precisión la actividad sísmica, predecir el momento exacto de un terremoto sigue siendo imposible.
Actualmente, los expertos estiman que hay un 82% de probabilidades de que un terremoto mayor ocurra en Japón en los próximos 30 años. La cuestión no es “si” ocurrirá, sino “cuándo”.
¿Qué podría suceder?
Un terremoto de magnitud superior a 9 tendría consecuencias catastróficas para Japón. Las ondas sísmicas podrían causar la destrucción masiva de edificios, carreteras y puentes, especialmente en las zonas costeras.
El riesgo de un tsunami es otro factor crítico; y por ejemplo el terremoto de Tōhoku generó olas de hasta 40 metros de altura, que arrasaron comunidades enteras.
Además de las enormes pérdidas humanas y materiales, un evento de esta magnitud tendría un impacto económico devastador.
Preparativos ante lo inevitable
Desde el terremoto de 2011, Japón ha reforzado significativamente su capacidad para enfrentar desastres sísmicos. Los edificios modernos están diseñados con estrictos estándares antisísmicos y tecnologías avanzadas, como amortiguadores que absorben la energía de las ondas sísmicas, minimizando los daños.
El país también cuenta con un sofisticado sistema de alerta temprana respaldado por una red de más de 1000 sismógrafos, capaz de detectar terremotos segundos antes de que las ondas lleguen a la superficie. Aunque el tiempo de advertencia es breve, resulta crucial para tomar medidas preventivas y salvar vidas.
La educación es otro pilar fundamental. Desde temprana edad, los japoneses reciben formación sobre cómo actuar durante un terremoto. Simulacros frecuentes y la preparación de kits de emergencia con suministros básicos son prácticas comunes en los hogares.
Japón demuestra que, aunque los terremotos son inevitables, una combinación de tecnología, infraestructura y educación puede mitigar sus efectos, salvar vidas y reducir significativamente el impacto de estos desastres.