Parece haber relación entre temperaturas y el coronavirus en España
El COVID19 se ha expandido de forma desigual en las regiones españolas durante las últimas semanas. Hemos estado recopilando datos y parece haber una correlación con las temperaturas.
En las últimas semanas ya han sido publicados algunos estudios en China, Reino Unido o EEUU sobre la relación de este coronavirus y las condiciones meteorológicas y/o el clima. También hace unos días se publicaron los primeros resultados obtenidos en un estudio realizado por AEMET y el Instituto de Salud Carlos III, en el que señalaba que se observaba cierta relación en el período analizado: mayor temperatura y humedad, menor incidencia; sin olvidar que la contaminación o la humedad también podrían influir.
A pesar de todas las dudas que nos genera el SARS-CoV-2, sí que parece claro que la meteorología no es el único factor que influye en su expansión, y habría que tener en cuenta otros como la movilidad de la población, la edad media y la densidad de la población, el aislamiento geográfico, el modo de vida y las costumbres.
Cada vez son más las voces que señalan que el virus circulaba de forma importante (y silenciosa) en nuestro país en el mes de febrero, aunque el boom se produjo a lo largo de la primera quincena de marzo, cuando se empezaron a hacer más tests. No obstante, desde entonces la propagación del virus ha sido desigual en las comunidades autónomas.
Interior y norte peninsular en el rango favorable para el coronavirus
El virus parece propagarse mejor con temperaturas de entre 5-11ºC. Según hemos podido constatar, en el interior y en el norte del país, donde la tasa de contagiados por cada 100.000 está siendo mayor, la temperatura media de febrero y primeros días de marzo estuvo en ese rango.
El caso contrario lo encontramos en el sur peninsular y en los archipiélagos, donde las tasas de contagiados son más bajas. En buena parte de estas regiones la temperatura media en febrero es superior a los 11ºC. Además, se ha detectado que en algunas estaciones del sureste la calidad del aire fue excelente en febrero y parte de marzo, gracias a la persistencia del viento de poniente.
Entonces, ¿cómo se explica la expansión por el sur peninsular y los archipiélagos?
En las fechas previas al confinamiento, durante el pasado febrero y la primera quincena de marzo, las temperaturas fueron mucho más altas de lo habitual en todo el país. En algunas zonas del sur y en el Mediterráneo los valores medios de febrero y primeros días de marzo fueron más propios de abril o mayo (máximas de más de 20 ºC), lo que propició que la gente acudiera más al aire libre. Esto pudo influir en que, a pesar de quedar fuera del rango de temperaturas más proclives para la expansión, se produjera el aumento de contagios en estas regiones.
Curiosamente, coincidiendo con el inicio del confinamiento en España, se produjo un cambio importante de tiempo debido al desplazamiento de las altas presiones el entorno de Escandinavia, lo que ha supuesto un desfile continuo de descuelgues y borrascas hacia nuestro país, resultando las últimas semanas extremadamente lluviosas, tal y como detalla José Antonio Maldonado.
El virus atiende a una suma de factores
No hay sólo un factor que explique la expansión desigual del virus, sino una suma de varios. Madrid y Barcelona están muy conectadas con Europa y el resto del mundo. Mucha gente viaja desde las Castillas a la capital del país por trabajo o estudios. Sin embargo, la movilidad no explica por qué en Canarias la tasa de contagiados ha sido tan baja a pesar de encontrarse en temporada alta. El sur o el este también están conectados por alta velocidad con Madrid y la expansión del virus ha sido menor.
Esto no quiere decir que el virus vaya a desaparecer en verano con una mayor temperatura y radiación UV, también se está propagando en países cálidos, aunque parece que a menor velocidad (a los virus no les suele venir bien las temperaturas extremas). Esto también se está observando en los países de nuestro entorno, como Portugal o Italia. Durante un tiempo, nos tocará convivir y adaptarnos a las nuevas medidas de prevención como el distanciamiento social.