¡Uno de cada cuatro ríos del planeta tiene paracetamol en el agua!
Los medicamentos que forman parte de nuestra vida diaria influyen en la vida de los ríos. Las venas abiertas del planeta corren un grave peligro y por tanto, la salud mundial también.
La contaminación de nuestro planeta se vuelve cada vez más irreversible. Un estudio de la revista científica PNAS explica la gran amenaza que suponen los fármacos y medicamentos de uso diario que acaban en los ríos de nuestro planeta. ¿Cómo es posible? Muchos de ellos acaban ahí por la falta de infraestructuras en el tratamiento de las aguas residuales.
De la farmacia... ¡al río!
La investigación se hizo a escala mundial donde se recogieron muestras de más 1000 lugares repartidos en 104 países. Se concluyó que alrededor de una cuarta parte de los 258 ríos muestreados contenían medicamentos como el Paracetamol, los que tratan la epilepsia y diabetes y algunos "combustibles" de estilo de vida como la nicotina y la cafeína. Lamentablemente, una huella ambiental de más de 471 millones de personas.
Los lugares más degradados se encuentran en países con ingresos bajos a medianos y con una mala gestión de aguas residuales. Los ríos de Pakistán, Bolivia y Etiopía son los más contaminados, mientras que los de Islandia, Noruega y la selva amazónica son los más limpios. En Madrid, el Manzanares se encuentra en el 14º puesto mundial del ránquin de los ríos más contaminados en Europa.
Graves efectos en nuestro planeta
Según explica John Wilkinson, el director de la investigación, las plantas de tratamiento de aguas no son completamente capaces de degradar estos compuestos antes de que terminen en los ríos, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
En definitiva, la concentración de PAF (Principios Activos Farmacéuticos) en ríos representa una amenaza global para el medio ambiente y la salud mundial. Un grave problema que amenaza el desarrollo y la reproducción de los peces. También favorece el incremento de bacterias resistentes en nuestro, dañando la eficacia en los medicamentos.
¿Alguna solución?
El Dr Wilkinson tiene una perspectiva bastante deprimente sobre lo que se puede o no hacer. Según el director de la investigación, el uso adecuado de los PAF sería la más efectiva. Por ejemplo, dificultar y limitar de alguna manera la obtención de los antibióticos y hacer más estrictas algunas dosis.
De esta manera, las poblaciones más vulnerables con el menor acceso a la atención médica dejarían de estar más expuestas a este problema y por ende, el resto del planeta también. Pero para Wilkinson, la población de a pie no tiene la solución sino que se necesitamos que la ayuda venga de los más apoderados para abordar el problema.