Contaminación: un consejo de pediatras para proteger a nuestros hijos
Las enfermedades infantiles relacionadas con la contaminación van en aumento. Un entorno contaminado sin espacios verdes puede afectar al desarrollo neuroconductual, inmunitario y sexual de los niños. Los pediatras españoles tienen la solución, y es muy sencilla.
La contaminación mata cada año a 9 millones de personas en todo el mundo, tres veces más que el sida, la tuberculosis y la malaria juntas, según el último estudio publicado en The Lancet Planetary Health. Los niños no se libran de esta plaga, que provoca enfermedades a veces incluso antes de nacer.
Según datos del proyecto BREATHE, el Instituto de Salud Global de Barcelona y el Instituto de Evaluación Ambiental e Investigación del Agua, casi todos los recién nacidos del mundo tienen niveles detectables de contaminantes orgánicos persistentes (por ejemplo, dioxinas o pesticidas).
Amenazas ambientales que ponen en riesgo la salud de los niños
Los niños son más vulnerables a los problemas ambientales que los adultos porque sus sistemas neurológico, inmunitario y digestivo, entre otros, aún se están formando. Los factores que causan muchas enfermedades crónicas se acumulan en las primeras etapas de la vida. Todo lo que ocurre en el vientre materno, en las etapas embrionaria y fetal, es de vital importancia para el correcto desarrollo del niño que está por nacer.
Los datos muestran que hay un número creciente de enfermedades infantiles relacionadas con un entorno contaminado y que las mayores amenazas provienen de... ¡los hogares y las escuelas! Las consecuencias de la contaminación para la salud son más visibles y evidentes en los países en desarrollo, donde el nivel de contaminación es mucho mayor, que en los países industrializados.
Son varias las amenazas ambientales que afectan a la salud de los niños en distintos grados: agua insalubre, higiene y saneamiento deficientes, contaminación atmosférica, humo de tabaco, sustancias químicas peligrosas y muchas otras.
¿Cuáles son los problemas de salud más habituales?
Se debe tener cuidado con la exposición repetida de las madres, bebés y niños a los disruptores endocrinos, que ya se sabe que son perjudiciales para la salud y así lo confirman las investigaciones. La contaminación provoca alteraciones en el desarrollo, según BREATHE.
Se manifiestan por un retraso del crecimiento intrauterino, malformaciones congénitas, problemas de crecimiento, déficits funcionales (neuroconductuales, inmunitarios o reproductivos) y una mayor predisposición al desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, los cánceres o las enfermedades cardiovasculares.
La contaminación es responsable del deterioro de la función tiroidea y del desarrollo neurológico de los niños. El informe también describe una serie de consecuencias, como el bajo peso al nacer, la prematuridad y el retraso del crecimiento en niños y bebés.
La contaminación atmosférica generada por el tráfico o el consumo de agua del grifo contaminada, retrasan el crecimiento intrauterino e influyen en el aumento de ciertas malformaciones congénitas. Numerosos estudios demuestran que la exposición a niveles elevados de contaminantes atmosféricos está asociada a un aumento de las enfermedades respiratorias (bronquitis, asma...).
La solución de los pediatras españoles
Por eso, para combatir los efectos nocivos de la contaminación en la salud, los pediatras recomiendan una solución sencilla: ¡reconectar con la naturaleza! El doctor Juan Antonio Ortega García, presidente del comité de salud ambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP), defiende la necesidad urgente de prescribir la naturaleza. Según los especialistas, uno de cada diez escolares "lleva un broncodilatador en su mochila".
"Los pediatras deben prescribir la naturaleza, los niños deben pasar al menos una hora al día en contacto con los espacios verdes. Los beneficios son enormes, entre ellos hay una mejora en la memoria, mejor agudeza visual, menor cortisol, menos sobrepeso...", concluye Ortega.