Construyen una gran ciudad flotante en Corea del Sur como solución al aumento del nivel del mar
El aumento del nivel del mar será un grave problema para millones de personas que viven en zonas bajas alrededor del mundo, y este proyecto en Corea del Sur intenta buscar respuestas a esa realidad.
El aumento en el nivel del mar ya está haciéndose sentir en algunas partes del mundo con costas bajas, o más aún en países cuyo nivel general sobre ese ese nivel es de solo pocos metros. Los pequeños países que están conformados por islas y atolones en Oceanía son los más amenazados, con muchas personas que han tenido que abandonar sus hogares. Ya hace un tiempo te contamos como Tuvalu es un país que se prepara para su probable desaparición.
En todo el mundo, la subida del nivel del mar y el aumento de la urbanización representan una fórmula para el desastre, tal como indica en un informe The New York Times. Cada vez más personas tratan de vivir en tierras que, en algún momento, serán inundadas por el mar. Ante esa realidad altamente probable para millones de personas, una solución que se ve como probable, aunque con un toque futurista, es la construcción de ciudades completas sobre el agua.
Quien está dando el primer paso es Corea del Sur. Un proyecto en concreto, se desarrolla frente a sureña cuidad de Busan, combina alta y baja tecnología para crear una ciudad flotante a gran escala. La capacidad de esta primer ciudad con el fin de testear la tecnología es de más de 10000 personas.
Es cierto que ya existen comunidades flotantes en los Países Bajos, Tailandia y otros lugares del sudeste asiático. Pero suelen ser solo grupos de casas flotantes amarradas unas a otras.
¿Cómo puede flotar una ciudad de este tamaño?
La diferencia que plantea este primer proyecto en Corea del Sur son los nuevos conceptos y la cuestión de escala. The New York Times señala que en lugar de estar formadas por una aglomeración de embarcaciones más pequeñas, cada una de estas ciudades está diseñada para construirse sobre enormes plataformas de hormigón suspendidas sobre el agua. El desafío es que toda la estructura flote y al mismo tiempo tenga acceso a los servicios que dan forma a una ciudad.
Koen Olthuis, fundador del estudio de arquitectura holandés Waterstudio, que diseñó una urbanización flotante en las islas Maldivas indica que "la física es muy sencilla". El explica que un bloque de hormigón como tal se hunde. Pero si le da forma de caja, finalmente flota. Olthuis indica: “¡Es Arquímedes! La cantidad de volumen que alejas es igual al peso del agua desplazada". Y hace pensar en como funciona la física para los portaaviones.
Para el caso específico del proyecto en Busan, se están sumando los esfuerzos de colaboración del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, conocido como ONU-Hábitat, el estudio de arquitectura BIG (Bjarke Ingels Group); y la empresa tecnológica Oceanix con sede en Nueva York, que diseña y construye infraestructuras flotantes para que las personas vivan y trabajen de forma sostenible en el océano.
La lucha entre el mar y las ciudades
Hoy en día, cuando las ciudades necesitan expandirse para sumar a más personas. Muchas recuperan de terrenos, utilizando grandes cantidades de roca o cemento y rellenando después con arcilla y tierra hasta que el suelo es lo suficientemente alto para construir.
Según Itai Madamombe, una de las creadoras de Oceanix, esto no es sostenible. "Esencialmente están vertiendo escombros y otras cosas en el océano para crear nuevas tierras, lo que tiene muchos problemas", dijo. La ciudad flotante que se está construyendo frente a las costas de Corea del Sur, Oceanix Busan, se basa en una serie de plataformas flotantes conectadas entre sí, diseñadas para cubrir inicialmente 6,3 hectáreas y albergar a unas 12000 personas.
La comunidad estará unida a tierra por un puente, y cada plataforma estará anclada al lecho marino. La infraestructura se encargará de la electricidad, el agua, los residuos y algunos alimentos. Madamombe indicó que el objetivo no es sólo la autosuficiencia, sino también, si es posible, la capacidad de producir suficiente energía para devolverla a la comunidad cercana.