¿Cómo les afecta a tus hijos un mundo más cálido?
El cambio climático no solo ejercerá efectos directos como temperaturas ambiente más altas en muchas regiones, sino que también será responsable de efectos indirectos que pueden afectar a los hábitos de los niños.
Los niños hacen frente a las altas temperaturas de manera diferente a los adultos, en gran parte debido a las proporciones de su cuerpo y los mecanismos de pérdida de calor en comparación con los humanos completamente maduros. A medida que el calentamiento de la Tierra continúa acelerándose, los niños están destinados a soportar la peor parte del riesgo para la salud.
Influencia del calentamiento global en la fisiología infantil
Un estudio reciente afirma que las admisiones en la salas de emergencia de niños más pequeños incrementan cuando las temperaturas ambientales son más altas.
Esto es debido a que los preadolescentes termorregulan de manera diferente que los adultos, y esto afecta a su capacidad para deshacerse del calor bajo ciertas condiciones ambientales.
Cuando la temperatura exterior es superior a la corporal, los niños tienden a acalorase más deprisa que los adultos, al tener más área de superficie que peso corporal. Además, ellos tienen mecanismos de sudoración inmaduros y sudan menos que los adultos, por lo que muestran una menor capacidad para deshacerse del calor mediante la evaporación del sudor.
Otro factor importante a tener en cuenta es el sobrepeso. Los niños con peso extra tienden a generar más calor al mover una mayor masa corporal, por lo que les es más difícil disipar el calor y se adaptan más despacio a las temperaturas elevadas.
Adaptación futura
A medida que el clima del planeta y los patrones meteorológicos se vuelven más extremos, los niños pueden volverse menos capaces de tolerarlo.
Un mundo más cálido aumenta la probabilidad de que nuevas enfermedades entren en la población humana, algo que podría desencadenar, de nuevo, restricciones de movimiento debido a esos brotes, creando un círculo vicioso de aislamiento, desentrenamiento físico y un mayor riesgo de lesiones por calor, especialmente para las poblaciones vulnerables, como los niños preadolescentes.
Con las proyecciones del calentamiento global que sugieren, como mínimo un aumento de 2 °C en las temperaturas medias globales para el año 2100, contando con la alteración del equilibrio de los ecosistemas y los fenómenos meteorológicos extremos que acompañan a estos aumentos, las políticas actuales sobre el cambio climático no abordan necesidades de salud infantil de manera adecuada.
Los expertos recomiendan mantener una buena condición física durante la infancia basada en la actividad física repetitiva y diaria. Esto garantizará una resistencia básica para enfrentar los desafíos del calentamiento global y otros desafíos ambientales que se manifestarán en nuestra vida diaria, muchos de ellos asociados al cambio climático.