¿Cubre el seguro del coche los daños provocados por la DANA?
Tras los estragos causados por la DANA en miles de coches, surge la duda de sí el propio seguro del vehículo cubre los daños provocados. Y la respuesta no es la que se espera...
La reciente DANA que ha golpeado con fuerza a la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Málaga y otras zonas de España ha dejado un rastro de destrucción sin precedentes. La prioridad absoluta sigue siendo encontrar a los desaparecidos y gestionar las pérdidas humanas, una tarea que conmueve a tanto a las comunidades afectadas como al resto de España.
Pero, además, el desastre se ha manifestado en calles desbordadas como verdaderos ríos, viviendas inundadas y un sinnúmero de vehículos completamente cubiertos por el agua. Si tu coche ha salido perjudicado durante la DANA, probablemente ya te has puesto en contacto con tu aseguradora, quizá sólo para escuchar una respuesta poco alentadora: los daños no están cubiertos. Sin embargo, existe una alternativa que cubre las pérdidas y ayuda a reparar los estragos causados.
¿Quién cubre los daños causados en coches tras la DANA?
Lo primero que hay que saber es que ningún seguro de automóvil, ni siquiera aquellos con cobertura completa, incluye daños por inundaciones en sus pólizas. Es una situación frustrante pero, antes de despotricar contra tu aseguradora, conviene entender el motivo de esta exclusión y, sobre todo, descubrir la solución disponible para estos casos.
Aquí es donde entra en juego un organismo que puede resultar poco familiar si nunca se ha precisado su ayuda: el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS). Este ente público, que depende del Ministerio de Economía, está a cargo de compensar los daños causados por lo que se consideran “eventos extraordinarios”, categoría en la que una DANA claramente se incluye.
Cuando pagas la prima de tu seguro, una pequeña parte se destina al CCS. Este fondo adicional, integrado en tu póliza de seguro, está diseñado precisamente para situaciones extremas como esta. En otras palabras, aunque tu aseguradora no cubre estos incidentes, ese aporte al CCS te protege frente a catástrofes naturales y otros eventos fuera de lo común, donde las aseguradoras convencionales no se hacen responsables.
Requisitos para reclamar al CCS
Para que el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) asuma la cobertura, es necesario cumplir tres condiciones básicas:
- Contar con una póliza vigente (requisito legal, aunque no siempre habitual en vehículos muy antiguos, clásicos o en desuso).
- Tener una antigüedad mínima de siete días en el seguro.
- Estar al día con el pago de las primas.
Si reúnes estas condiciones, el CCS se encargará de indemnizar los daños de tu vehículo, actuando de manera similar a una aseguradora. Un perito inspeccionará el coche para valorar el nivel de daño y decidir si es posible su reparación o si, en casos graves, se considera siniestro total.
Para iniciar el trámite de reclamación, lo más sencillo es comunicarte con tu aseguradora, ya que suelen gestionar estas solicitudes con el CCS. Sin embargo, si prefieres hacerlo directamente, puedes presentar la reclamación a través del sitio web del Consorcio o llamando al 900 222 665.
El Consorcio de Compensación de Seguros indemnizará los daños producidos, pero los importes desembolsados no podrán superar en ningún caso el valor del bien destruido o del límite estipulado en el contrato. Es decir, del llamado "capital asegurado" o "suma asegurada".
Las excepciones a la cobertura del CSS
Hay dos excepciones que hay que tener en cuenta antes de presentar una reclamación al Consorcio de Compensación de Seguros.
Los daños causados por precipitaciones sobre el vehículo no están cubiertos. Esto incluye, por ejemplo, el granizo, cuyo impacto en el coche sólo puede estar asegurado mediante una cobertura específica en tu seguro habitual.
Si la inundación es consecuencia de la rotura de una presa, canal o alcantarilla por causas que no se consideran "fenómenos extraordinarios", estos daños tampoco estarán protegidos. En estos casos, se debe analizar si el origen del daño se debió a la negligencia de una entidad o de un propietario, más que a la catástrofe en sí.